Si son como yo están procrastinando.
No es por vagos, no es por irresponsables, es por ser humanos.
Procrastinar no es un defecto que unas personas “no tienen”. Es una característica humana que todos tenemos.
Procrastinar es nuestro mecanismo de manejo de emociones.
Lo bueno es que cuando lo vemos como algo normal y aprendemos a detectarlo entones podemos actuar para manejarlo mejor y lograr todas esas cosas que queremos (o tenemos) que lograr.
No.
Procrastinar no es una enfermedad. Ya sabemos que la procrastinación es un mecanismo de defensa de nuestro cuerpo (principalmente nuestra mente), y está diseñado para defendernos de emociones y sentimientos que no queremos sentir.
Si queremos reducir ese mecanismo de defensa para poder actuar más, nuestra mejor apuesta es aprender a manejar mejor los sentimientos que activan la procrastinación.
A lo largo de los años me inventé y me auto receto un proceso rápido - pero no fácil - para detener la procrastinación en el momento. Este proceso no es fácil porque nos obliga a lidiar con nuestras ideas, creencias, pensamientos negativos - pero funciona y funciona rápido.
El proceso consiste de 3 preguntas y 1 cambio de mindset.
Les conté que yo, como todos ustedes, procrastino. Y mucho.
¿Pero cómo logré hacer 13 side projects, trabajar para clientes, escribir 135 artículos, no fallar un sólo newsletter semanal, entrenar 216 días del año y además ser un papa mega activo?
Hace unos años me puse a pensar y estudiar obsesivamente los momentos en que estaba procrastinando y después de meses difíciles de auto evaluación y aprendiendo a ser honesto conmigo mismo me di cuenta que cuando procrastino se debe a una (o todas) de estas estas 3 razones:
Es una razón muy racional y es un obstáculo real. No podemos hacer cosas que nos sabemos hacer o para lo que no tenemos toda la información o recursos.
Pero de repente nos aferramos a ese obstáculo real para crear una barrera irracional más grande y lo usamos de excusa para no seguir adelante.
Esta puede ser una razón racional: es posible que mi propuesta, idea o ejecución no esté bien fundamentada.
Pero también puede ser irracional: mi propuesta está estudiada, tengo la experiencia necesaria para saber que lo hice bien, he hecho el research, pero yo no confío en mi trabajo por creencias limitantes.
Nuestro miedo, en el 99% de los casos es completamente irracional.
¡A algunos hasta nos da miedo que nos vaya bien!
La mayoría de las veces no tenemos claros los criterios de evaluación de nuestra idea o propuesta, y muchas veces ni siquiera tenemos claro quién va a evaluar nuestro trabajo.
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