No existe una “decisión correcta”. ¿Cómo se toman decisiones si no hay una decisión correcta?
Lo que es "correcto" para lo que está pasando en mi vida no es correcto para la que está pasando en la suya, ni para lo que está pasando en la de su mejor amiga. Incluso dentro de mi propia vida, lo que es "correcto" hoy no es correcto mañana porque mañana no es igual a hoy. Lo que es correcto para mi religión no es correcto para la religión de otros. Lo que es correcto para mi diseño de vida, no es correcto para el diseño de vida que querían mis papás para mí.
El famoso "parálisis por análisis" viene de tratar de tomar una decisión "correcta". Cuando no podemos ver una respuesta "correcta" universal creemos que es solo cuestión de investigar y de pensar más, pero no.
Las únicas respuestas "correctas" son las que salen en los exámenes estandarizados, pero en la vida se puede llegar a un resultado de muchas maneras diferentes. Poder tomar decisiones implica entender esto.
En lugar de tratar de tomar una "decisión correcta" deberíamos de pensar, mejor, en como tomar una "decisión óptima".
Una decisión óptima es una que me permite maximizar lo que quiero en mi vida.
Una decisión óptima, optimiza mi vida, no la de nadie más. Mi diseño de vida, mis valores, mi definición de éxito. Y lo buena noticia es que hay muchas de esas y son más fáciles de tomar.
Esto es importantísimo porque nos da paso a interiorizar que no hay decisiones "buenas o malas", ni decisiones que definen todo nuestro futuro. Nuestro único trabajo como humanos es decidir lo óptimo según lo que conocemos y queremos hoy y que no estamos tratando de ser “correctos” a nivel universal (eso es imposible).
Creer en "decisiones correctas" nos atrofia porque no nos permiten cambiar. La realidad es que si mañana el contexto cambia o si obtenemos nueva información o cambiamos nuestro diseño de vida, podemos cambiar nuestras decisiones para optimizar hacia eso. Ninguna decisión está escrita en piedra.
No sabemos mucho de cómo funciona la vida porque cada vida es diferente. Eso significa que tenemos que tomar decisiones y ver los resultados, tenemos que ser más experimentales, mientras nos aseguramos que esos experimentos tienen un rumbo.
No sirve de nada no tomar decisiones por no saber si son "correctas", pero tampoco sirve tomar decisiones sin rumbo. Ninguna de las dos opciones maximiza lo que queremos. La primera nos paraliza y nos frustra y nos hace perder esperanza en que vamos a vivir una vida valiosa, y la segunda nos hace sentir ocupados y que estamos tomando acción pero sin movernos.
Aprender a tomar decisiones óptimas nos permite construir nuestra propia vida y entender cómo vivir una que es realmente nuestra.
6 pasos para tomar decisiones óptimas que nos permitan construir nuestro propio Diseño de Vida:
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