¿Se han sentado a pensar en los logros que los hacen más orgullosos? ¿Se han puesto a analizar las decisiones grandes que han tomado que les han cambiado la vida?
No sólo recordarlos — sino pensarlos y entenderlos y entender cómo nos han hecho las personas que somos hoy.
He tenido un mes de mucha introspección con el fin de conocerme más y mejor. Quería entender mi diseño de vida mejor, entender mejor por qué quiero lo que quiero, asegurarme que lo que quiero viene de lugar positivo y entender cómo lo que soy y no soy me puede llevar mejor por el camino que decida — y parte de mi ejercicio fue entender justamente qué me hace sentir más orgulloso de mí mismo.
Haciendo este ejercicio me di cuenta que no le dedico ni una fracción del tiempo a pensar en lo que lo que admiro de mí mismo y lo que no cambiaría por nada de mí mismo que el tiempo que le dedico a pensar en lo que quiero mejorar de mí mismo.
Mayoritariamente, el análisis que hacemos sobre nosotros mismos es sobre las cosas que no nos gustan.
Siendo honesto, yo creo que es esencial poder ver las cosas que tenemos que cambiar según nuestro propio ideal de vida, pero si sólo buscamos una vida desde lo que no nos satisface ¿será que terminaremos viviendo nuestra mejor vida? ¿Será que vamos a ser felices?
Investigando más aprendí que nuestro cerebro está haciendo un análisis para indicarnos si deberíamos de sentirnos orgullosos o no, que ese análisis nos genera satisfacción o insatisfacción con nuestra vida y que podemos hacer ciertas cosas sencillas para estar más felices y tomar más de las acciones que queremos para vivir la vida que queremos.
En el 2001 el neurólogo Marcus Raichle concluyó que nuestro cerebro, cuando no está activo y enfocado en tareas orientadas a una meta específica, se mantiene activo en lo que llamó el “default mode”. Durante estos momentos, varias partes del cerebro (llamados el Default Mode Network) sostienen la actividad neuronal y se enfocan en pensamientos introspectivos.
Cuando nuestro cerebro “puede descansar” comenzamos a pensar en nosotros mismos, nuestra relación con otros, analizamos el pasado y proyectamos el futuro.
Cualquier persona que está leyendo esto lo ha experimentado. Mi terapeuta lo llama “ruminar” y me advierte siempre de los efectos negativos que puede tener para la ansiedad o hasta depresión.
¿Tiene sentido que nuestro cerebro tenga un “default mode” que use para hacernos sentir mal?
El descubrimiento de Raichle abrió una puerta para entender ese “default mode” y muchos psicólogos evolutivos se dieron a la tarea de averiguar qué estaba pasando.
Los humanos somos animales tribales, de grupo. Las características y jerarquías sociales que tenemos son una herramienta evolutiva para asegurar que podamos crear grupos cohesivos, donde todos aportan al bienestar del grupo y, básicamente, aseguren la supervivencia de todos.
El grupo y nuestra pertenencia a él es tan importante que evolutivamente nuestro cerebro creó el “default mode” para asegurar que pudiéramos hacer un análisis de nosotros mismos en relación al grupo. Durante el proceso de pensamiento introspectivo del “default mode” identificamos las características que admiramos de nosotros mismos y las que despreciamos de nosotros mismos.
Poder identificar lo que admiramos de nosotros mismos nos dice qué cosas deberíamos de ofrecer al grupo para que nos vean como un miembro valioso. Interesantemente, cuando identificamos esas cosas también secretamos químicos en el cerebro que nos motivan y nos dan energía para ir a tomar acción y demostrar eso que admiramos en nosotros mismos para que otros lo puedan ver. Esto, argumentan los psicólogos evolutivos, nos aseguraba una buena posición en el grupo, mejores recursos y mejores oportunidades para la supervivencia de nuestro ADN.
Ahora, al igual que ruminamos sobre lo que admiramos de nosotros mismos también el “default mode” se encarga de identificar lo que NO admiramos. ¿Por qué? Evolutivamente se argumenta que cuando identificamos las cosas que no admiramos de nosotros mismos no secretamos estos químicos que nos motivan y por ende no tomamos acción. Evolutivamente tiene sentido: no queremos enseñarle a otros nuestras malas características para no perder la estima del grupo y nos recluimos.
Si encontramos más cosas que admiremos de nosotros mismos podemos biológicamente cambiar nuestra química para tomar más acción positiva que genere más admiración por nosotros mismos y crear un ciclo virtuoso de motivación y satisfacción.
Si encontramos más cosas que despreciemos de nosotros mismos, vamos a tomar menos acción y vamos a encontrar menos cosas que admirar.
“Low belief creates weak action which creates weak results which reinforces the weak belief. But the opposite is also true. Strong belief creates strong action which reinforces the strong belief.” — parafraseado de Dr. Daniel Amen
Nota importante: es importantísimo para mi recalcar que toda esta información sobre el cerebro, nuestros pensamientos y sus efectos vienen de una investigación propia y no deberían jamás sustituir el apoyo de un profesional.
“Eudaimonía” es el opuesto directo de depresión. El término griego viene de las palabras “bueno” y “espíritu” y en la filosofía griega se refiere al estado humano más bueno, feliz o de satisfacción.
Dados los aprendizajes del “default mode” y las conclusiones de los psicólogos evolutivos, el escritor Chris Blahoot dice que el camino hacia la eudaimonía (nuestro mayor bienestar con nuestra vida) es autoseñalarnos nuestra virtud o admiraciòn. O sea, nuestra satisfacción y felicidad depende de darnos razones para admirarnos a nosotros mismos.
Darnos razones para admirarnos no es engañarnos de que somos buenas personas si no lo somos. Admirarnos a nosotros mismos es encontrar evidencia de que estamos satisfaciendo nuestros valores y sí, que las otras personas de nuestro que están alineadas a nuestros valores también lo encuentran admirable.
Lo épico de esto es que es completamente subjetivo a nuestro propio Diseño de Vida. Si tenemos claros nuestros valores y podemos ver la evidencia de los estamos viviendo entonces vamos a admirarnos y acercarnos a ese estado de eudiamonía.
¡Ojo! Tomar acción hacia nuestros valores no es suficiente, tenemos que darnos el crédito de lo que hicimos. A mí me pasa mucho que menosprecio mis logros o las acciones que tomo, “me paso de humilde” o creo que no es suficiente. Si les pasa lo mismo, por más acciones épicas que tomen les va a costar admirarlas y sentirse felices y satisfechos.
Si además, nos juntamos con personas que comparten nuestros valores y podemos demostrarles a ellos con nuestras acciones que vivimos nuestros valores, podemos acercarnos más a ese estado de eudaimonía.
Si, por el contrario nos juntamos con personas que no se alinean a nuestros valores y buscamos su aprobación o si, a pesar de que tengamos claros nuestros valores, no creemos en ellos y seguimos juzgando nuestras acciones con los valores de otros vamos a sentir más desprecio hacia lo que hacemos, vamos a tomar menos acción y vamos acercarnos más a estados opuestos al de eudaimonía.
"Every thought a person dwells upon, whether he expresses it or not, either damages or improves his life." — Lucy Malory
De mi investigación descubrí 2 claves para sentirnos mejor con la vida que estamos viviendo y para asegurar que estamos poniéndonos metas en base a nuestro valor y que nos ayuden a alcanzarlo:
Como vimos arriba, admirarnos resulta de poder ver evidencia que estamos acercándonos a lo nuestros valores, a lo que es más importante para nosotros. Si tenemos un montón de logros pero en cosas que no nos importan o hasta que van en contra de nuestros valores vamos a sentir lo opuesto a admiración. Por lo tanto, lo primero es definir su Diseño de Vida basado en valores. En en este grupo de personas épicas hablamos mucho de Diseño de Vida — pueden ver una explicación aquí: www.juanjosemunoz.com/diseno-de-vida
Una vez que tenemos definido lo que es admirable para nosotros, el próximo paso es muy práctico. Hay acciones muy prácticas y que podemos hacer frecuentemente que nos ayuden a darnos razones para admirarnos.
Podemos crear una práctica accionable en la que nos damos razones para admirarnos y donde esa auto-admiración se convierte en satisfacción y felicidad. Toma trabajo, hay que acordarse de hacerlo y no estamos acostumbrados pero con el tiempo pasa lo que pasa con todas las cosas difíciles que son valiosas: se hacen más fáciles y nos satisfacen más lo que hace que sean más fácil de recordar y de sacar el tiempo.
El ejercicio que he hecho estas semanas para conocerme más ha sido revelador.
Me dí cuenta que había olvidado, o a propósito menospreciado, una cantidad impresionante de cosas que he hecho que me hacen sentir hiper orgulloso de mí mismo, que otras personas admiran y que generan valor para otros.
Me dí cuenta que tengo que recordarme a mí mismo y hablar más con otros de las cosas admirables que han resultado de vivir la vida que quiero. Me dí cuenta que tengo muchas fortalezas e idiosincrasias que generan valor para mí y para otros que tengo que apalancar más en lo que hago.
Pude revisar mi Diseño de Vida y mis metas para asegurarme que sean cosas que quiero porque son admirables y porque son los trabajos, personas, sacrificios y uso de recursos que multiplican mi admiración por mí mismo y por ende el valor que me genero a mí mismo y a otros.
Ya sé que cuando digo que quiero estar con alguien o que quiero trabajar en algo viene de la confianza de saber que es un lugar, espacio y relación en la que puedo ofrecer mucho a otros y a mí y sentirme orgulloso.
Y puedo analizar las cosas que me de cuenta que tengo que hacer por obligación, aunque no admire tanto, como oportunidades para mejorar y activamente buscar en ese proceso de cambio y mejora la admiración de que puedo hacerlo.
Nuestro cerebro está hecho para analizar todo. Lo que somos, lo que fuimos, lo que queremos ser y sobre todo, nuestra relación con otras personas. Podemos usar ese efecto evolutivo para ayudarnos a vivir vidas más felices y satisfechas, sintiéndonos orgullosos de que estamos tomando acción hacia las cosas que más nos importan.
"There can be no happiness if the things we believe in are different from the things we do." — Freya Stark
Cero spam. Sólo mis mejores ideas y de vez en cuando anuncio de productos épicos diseñados para ayudarles a diseñar sus vidas y/o mejorar sus habilidades de negocios.
Gracias por leer. Realmente hace una diferencia. Mi meta es ayudar a 5,000 personas a tomar acción en su diseño de vida y sus proyectos profesionales. El año pasado logré apoyar a 1,890 personas a través del newsletter, 300 personas a través de recursos gratis y 217 personas a través de mis talleres, cursos y productos digitales.
