Aprender a terminar es más importante que aprender a comenzar

Ya se va a terminar el año y a mí me cuesta mucho terminar.

Me dan ganas de dejar todo ir y esperar a que llegue enero para seguir, pero eso no sería terminar el año.

El año termina haga lo que haga porque el calendario dice, pero yo no lo estaría terminando bien.

Soy buenísimo comenzando. Tengo muchísima energía, tengo las habilidades para aprender rápido cómo hacer algo y sé ser proactivo. He aprendido a comenzar tan, pero tan, bien que comienzo muchas cosas y me encanta.

Pero después me cuesta terminar.

Cuando hablo de terminar me refiero a dos cosas:

• "terminar" literalmente: darle cierre a un proyecto.
• "terminar" bien: no solo darle cierre al proyecto, sino hacerlo con la misma energía o más que cómo se comenzó a un estándar de calidad que me haga orgulloso.

A mí, la verdad, siempre me han costado los dos.

Tengo muchísimos proyectos "abiertos" que no he "cerrado": mi libro sobre creatividad, Miel Feroz, los talleres de Diseño de Vida, hasta conversaciones difíciles con personas para cerrar ciclos.

Pero también puedo pensar en muchísimos proyectos que sí cerré pero no me hacen sentir orgulloso. Proyectos laborales o favores para otras personas o hasta proyectos creativos personales que cerré porque tenía que cerrarlos, pero definitivamente no los cerré con la misma energía y proactividad con que los comencé.

Para muchos comenzar no es fácil, pero comienzan.

Comienzan por obligación o por remordimiento o porque la vida los lleva a comenzar.

O comenzamos proactivamente por que queremos crecer. Comenzamos a ir al gimnasio, la dieta, el emprendimiento, a querer cambiar nuestra mentalidad o comenzamos a tratar de ser más optimistas.

Hasta comenzamos cosas en las que no tenemos opción, como comenzar el próximo año porque el calendario dice que ya es 1 de enero o comenzar una nueva semana porque ya es lunes.

Pero, ¿cómo terminamos todas esas cosas que comenzamos?

*Aunque comenzar es una habilidad necesaria, sólo vamos a crecer como queremos cuando aprendamos a terminar con las mismas ganas — o más — que con las que comenzamos.***

Por años he estado poniendo atención a cómo me hablo a mí mismo. En este caso de terminar las conversaciones van por 2 caminos:

• "No pasa nada si no termina, de por sí no le está haciendo daño a nadie" - claro, a nadie externo, ¡pero a mí mismo sí!
• "Sólo termínelo como sea, después lidiamos con eso" - claro, el Juan del momento estaba sacrificando al Juan del futuro solo por no lidiar con lo difícil del momento.

Y entonces no terminaba, porque esa conversación era mucho más fuerte que cualquier otra cosa.

Y no terminar me daba pena. Me hacía sentir mal conmigo mismo saber que no estoy terminando cosas y que muchas otras las termino mal.

El "Peak-End Rule" es una heurística psicológica que dice que juzgamos una experiencia por cómo nos sentimos al final. Mis finales son los de no terminar o terminar mal y de sentirme apenado conmigo mismo. Cuando comienzo un proyecto nuevo eso es lo que me acuerdo: "yo soy la persona que no termina", y eso hace más probable que no termine lo próximo.

Por dicha hace varios años me di cuenta de esto y comencé a trabajar en cómo terminar.

Comencé a practicar terminar mis entrenamientos. Yo entreno sólo y se me hacía muy fácil cortarlos a la mitad o hacerlos sin ganas.

Me puse 2 reglas:

• iba a leer el entrenamiento e iba a predecir donde iba a perder ganas y me iba a hacer un plan para seguir
• si comenzaba un entrenamiento iba a terminarlo pasara lo que pasara

Y funcionó. Aprender a terminar mis entrenamientos me ayudó a aprender a terminar todas las otras cosas en mi vida, pero además vi cómo comenzaba a cambiar la conversación en mi mente y eso me ayudó a terminar muchas otras cosas en mi vida.

Aunque he mejorado no estoy ni cerca de donde quiero estar — ya vieron arriba todos los proyectos que tengo sin terminar 😩

Esta semana me diseñé un set de "reglas" que ya he usado antes y otras nuevas que necesito para asegurarme terminar el 2023 de manera que me haga sentir orgulloso y que me lleve a comenzar el 2024 con ganas y energía y confianza. Pero además, que me ayude a terminar las cosas que comienzo y comenzar sólo lo que voy a terminar.

Pasos para terminar igual o mejor que comenzamos

1. Definir cómo se va a terminar antes de comenzar: cuando comienzo cosas es cuando tengo más energía y emoción de hacerlas, entonces voy a usar esa misma energía para definir los estándares de cómo voy a terminar para sentirme igual de bien. Aunque no esté emocionado de comenzar algo por obligación o por que me da miedo, definir esto desde antes es un contrato que estoy firmando conmigo mismo. Cuando no tenga energía me puedo devolver a este documento y recordarme lo que tengo que hacer.
2. Fecha para terminar (opcional)
3. Describir el entregable (¿es un documento? ¿cómo es? ¿qué tan grande? O puede ser un calendario con equises o sólo marcar en un cuaderno que ya lo hice)
4. Describir la calidad (no todo tiene que ser el mejor trabajo que he hecho en la vida, muchas cosas pueden ser "good enough", pero quiero definirlo desde antes para saber)
5. Definir mi objetivo de terminar: quiero saber la importancia de terminar este proyecto y cómo me voy a sentir. Si es una obligación laboral quiero saber por qué es importante (para que me paguen, pero también si es para que me consideren para un mejor puesto, etc). Si es un proyecto personal es para sentirme feliz, o para hacer plata o para sentirme orgulloso de mí mismo o para superar un obstáculo. Para mí es importantísimo recordarme en el momento, y durante el proceso, qué es lo que voy a ganar (o perder).
6. Decidir si puedo renunciar y cómo "cerrar" el proyecto cuando renuncio: muchos proyectos no llegan al final que creíamos. Por ejemplo, yo he cerrado 2 negocios que creí que iba a tener toda la vida. No es malo renunciar, es válido. Pero es bueno definir, desde antes, qué cosas pueden llevar a tomar esa decisión para no tomarla emocionalmente. Además, renunciar no significa que entonces dejo todo tirado, también hay que renunciar de una manera que nos haga sentir orgulloso, atar cabos sueltos y tratar de sacar el mayor provecho de la situación.
7. Hacer un plan para cerrar más fuerte de cómo comencé: Voy a planificar el trabajo lo más que pueda para poder usar mis recursos (incluyendo energía) para asegurar que me quede gas en el tanque para cerrar duro. Quiero poder hacer un sprint en los últimos 200m de la carrera. Por ejemplo, cuando comencé mi podcast en el 2016 grababa, en vivo, todas las semanas. En 1 año me quemé y no terminé como quería. Por lo menos aprendí para cuando lo retomé unos meses después.
8. No terminar hasta que esté orgulloso con lo que estoy presentando: en mis muchos años he aprendido que las fechas de entrega son ajustables. Sí, hasta en el trabajo (con justificación, obvio). Si es su nombre en el proyecto usted puede aplazar el tiempo de entrega hasta estar orgulloso. Terminar con el mejor producto o esfuerzo entregado no es sólo bueno para recibir los resultados tangibles (plata, reconocimiento), sino para reforzarle a su mente que así es como terminamos cosas y estar confiad para las que siguen.
9. Terminar de manera que haga más fácil lo próximo que voy a hacer: se me es muy fácil terminar un proyecto y por las ganas de terminar y salir de eso solo cerrar todo y comenzar algo nuevo. Quiero tomarme el tiempo de cerrar con calma, dejar espacio entre un proyecto y otro para poder escribir lo que aprendí, guardar cosas que me pueden ayudar en otros proyectos, etc.

La pura verdad es que es imposible lograr nada si no sabemos comenzar, pero el resultado que obtenemos de lo que comenzamos lo define cómo lo terminamos.

Les puedo asegurar que no voy a terminar (bien) el 100% de los proyectos que comience, pero voy a seguir practicando "terminar" porque si mejoro aunque sea un 10% voy a crecer exponencialmente.

Pensemos hoy en cómo podemos terminar el año de manera que los haga sentir orgullosos y nos de energía para comenzar el año que viene.

Y sí, eso incluye disfrutar intencionalmente de sus vacaciones y de sus familias y amigos.

¡Épico!