“Originality is nothing but judicious imitation.” – Voltaire
Ser original no es más que imitar de manera juiciosa, dijo Volatire. Le tenemos tanto miedo a parecernos a otra persona que nunca hacemos nada. Nos han enseñado toda la vida que "copiar es malo", pero ¿lo es?
Copiar algo y decir que es de uno y nada más de uno sí es malo. Es mentir, es engañar. Es recibir valor que debería de estar recibiendo otra persona.
Pero imitar no es malo, si lo hacemos por las razones y de las maneras correctas. Cuando somos bebés tenemos que imitar para aprender cómo vivir en el mundo. Me acuerdo de ver a mi hija solo imitar las caras que yo hacía. Ahora a las 5 años habla como yo y tiene los manerismos y dichos de la mamá. Imitar es aprender. ¿Cómo desarrollamos algo para lo que no tenemos ni una pizca de conocimiento? Imitando.
Kobe Bryant imitó a Michael Jordan. Vean este video de jugadas idénticas. Kobe convirtió ese estilo de juego en el suyo propio. Jordan dijo, años después, que la gente que criticaba a Kobe por copiarlo claramente nunca había aprendido a jugar basket, porque imitar a los jugadores que uno admira es la única manera de aprender a jugar.
La manera en que enseñaban a escribir en la escuela era copiando textos. El 90% de los consejos de escritores sobre cómo escribir novelas son "escriba, a mano, los textos de los autores que usted admira." ¿Por qué? ¡Para aprender!
Yo imité a Tim Ferriss con mi podcast que corrió por 104 episodios, imité a Jason Silva con la manera en que hablaba en sus videos de YouTube que me cautivó. Imité a Ben Bergeron siendo coach de CrossFit. Imito a mis papás todos los días en los valores que le enseño a mi hija. Claro, no los imito palabra por palabra, pero sin imitarlos al inicio y obtener experiencia con sus palabras no podría tener mi propio criterio para crear mi propia voz.
¿Cómo se supone que uno puede crear un criterio sin tener experiencia? Imitar a alguien nos da el vocabulario, las herramientas y los conceptos necesarios que después podemos usar para crear nuestra propia versión, con nuestro propio valor. Pero sin esa base de vocabulario y herramientas es imposible hacerlo.
Eso es imitar juiciosamente. Imitar para aprender, decidir qué nos queremos dejar y cómo lo queremos usar.
Saque hoy un papel y un lápiz y copie el texto de su autor favorito, después piense qué le cambiaría. Copie la presentación de su colega que su jefe felicitó, aprenda a hacerla así, y después cámbiela para que sea solo suya. Copie el modelo de negocio para su primer emprendimiento, copie el outfit de la persona que se ve épica. Comience copiando, si lo hace de manera juiciosa, solito va a salir su originalidad.
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