¿Les pasa que oyen un consejo buenísimo o se topan un modelo mental épico como el de la Idea 1, lo apuntan en algún lado o la archivan en su cerebro y después no pasa nada?
A mí sí me pasa. Comencé a coleccionar modelos y consejos y apuntes y cualquier cosa que fuera remotamente inspiradora. Y no pasaba nada, no los usaba, solo estaba coleccionando apuntes. Un apunte no genera un cambio, el uso del concepto en la vida real, sí.
La clave, entendí, es que para poder usar esos consejos y modelos tenía que aprender una nueva habilidad.
Lo primero que hay que entender es cómo vivimos: el día a día nos genera experiencias y esas experiencias nos dan la información para analizar y tomar decisiones para las metas que queremos. En teoría. La mayoría de nosotros, aunque vivimos y tenemos experiencias, rara vez tomamos decisiones intencionales y planificadas.
El proceso ideal sería:
En el día a día, estamos viviendo tantas experiencias y tenemos que tomar tantas decisiones que es muy difícil poder llevar un proceso intencional como este. La única manera que lo he logrado es separando tiempo para hacer journaling.
En mi práctica de journaling escribo sobre lo que está pasando en mi vida (la experiencia) y mi reflexión de los eventos (análisis). Intento asociarlo a otras veces en mi vida o pensar si cae dentro de un modelo mental de referencia. Esta parte es clave, porque si sí hay un modelo de referencia o si puedo generar mi propio modelo a partir de mi propia experiencia entonces puedo tener un sistema de toma de decisiones para usar cada vez que estoy enfrentando eventos similares.
A veces no encuentro modelos mentales para referirme o no logro encontrar similitudes entre eventos, pero el hecho de destinar tiempo a pensar de manera intencional me ayuda a mejorar la manera en que tomo decisiones en el momento.
Además, me da confianza de que la decisión que estoy tomando—sin importar si da buenos resultados o malos—la tomé de la mejor manera posible. A veces una buena decisión produce malos resultados, yo no puedo controlar los resultados, sólo la decisión. Entonces para mí lo importante es entender el proceso que llevé para llegar a una decisión.
Este método funciona. Puede darles pereza, pueden creer que no tienen tiempo para hacerlo, les puede dar ansiedad, puede ser que no quieran ser los “raros” del grupo de amigos que siempre andan con un cuaderno. Pero funciona. De hecho es la única manera en que pude dejar de coleccionar modelos mentales y consejos para pasar a realmente usarlos para mejorar mi vida.
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