"A conclusion is the place where you got tired thinking." – Bix Bickson
[En español: Una conclusión señala el momento en el que nos cansamos de pensar.]
Leí esto y sentí como que logré mover la cortina y ver la verdad (o el matrix) de una partecita pequeña de la vida:
No deberíamos de tener conclusiones definitivas y finales porque siempre deberíamos de estar recibiendo más información, estar analizando desde nuevos puntos de vista y deberíamos de mejorar la manera en que pensamos - que, por consecuencia, nos lleva a constantemente estar re-evaluando cada idea, tema o concepto que manejamos.
El problema es que no podemos transitar por el mundo sin “escoger” qué pensamos de algunas cosas (ie. tener conclusiones). No podemos actuar si no sabemos qué pensamos o qué posición tenemos sobre un tema. Tenemos que votar por presidentes, educar a nuestros hijos, escoger un trabajo, actuar.
¿Entonces?
Paul Saffo, profesor de Stanford, desarrolló la idea de que para tomar mejores decisiones debemos de tener “strong beliefs, loosely held”. [En español: creencias fuertes, sostenidas suavemente].
Es un llamado a permitir que nuestros principios, valores, conocimiento e intuición nos lleven a tomar una posición de cómo ver el mundo, pero que a la vez nos permitamos cambiar esa opinión conforme recibimos nueva información o nuestro contexto cambia.
Si queremos crecer como personas, como profesionales, papás y mamás, amigos o parejas, las conclusiones tajantes e inamovibles son nuestro peor enemigo.
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