No son las cosas grandes que se nos atraviesan lo que nos detiene de conseguir lo que queremos — son las sorpresas.
En el libro Same as Ever, Morgan Housel propone que somos buenísimos prediciendo el futuro, excepto por las sorpresas.
Y, dice, las sorpresas son todo lo que importa — porque para todo lo que podemos prever tenemos un plan.
"The biggest risk is what no one sees coming." — Morgan Housel
Antes de salir al espacio en cohetes NASA hizo mil experimentos y pruebas de trajes espaciales para asegurar que fueran seguros. En mayo de 1961 el astronauta Victor Prather voló a 113mil pies de altura en un globo estratosférico — el puro límite entre la tierra y el espacio. Todo salió perfecto.
Cuando iban de vuelta para abajo Prather abrió la máscara del casco a una altura segura para respirar aire puro.
Aterrizaron en el mar como tenía que ser, donde los recogía un helicóptero.
Al tratar de conectarse a la cuerda que lo subiría al helicóptero Prather se resbalo y cayó al mar. Todo bien — los trajes espaciales están diseñados para ser herméticos.
Excepto que en el descenso Panther había abierto la máscara del casco para respirar.
El traje se llenó de de agua y Prather se ahogó.
NASA es la organización más preparada del mundo. Son los mejores planeando, planificando y calculando. Logran aterrizar cohetes en la luna a 1m de distancia de donde tenían estimado. Saben todos los riesgos, saben todo lo que puede salir mal y tienen planes para solucionarlo. Excepto que nadie pensó en qué pasaba si un astronauta abría su máscara en una prueba.
Esto es lo que dice House, el riesgo más grande no es el que pudimos predecir — por más grande que sea — es el que no podemos ver por más pequeño que sea.
"Risk is what's left over after you think you've though of everything." — Carl Richards, experto financista
Si el riesgo es lo que queda después de que pensamos en todo, por definición no podemos preveerlo y tampoco podemos hacer un plan para mitigarlo.
¿Qué hacemos cuando pasa la sorpresa que no teníamos ninguna manera de prever? No es nuestra culpa, por definición no podíamos verlo venir, pero igual tenemos que lidiar con la situación — sin un plan.
La historia del astronauta de NASA, igual que COVID o 9/11, son cosas trágicas o gigantes que cambiaron nuestro mundo que pasaron por cosas que no se podían prever. Pero bajémoslo a nuestra vida diaria.
Viendo el plano más pequeño de nuestra vida: ¿qué pasa cuando un imprevisto interrumpe mi agenda del día? ¿Qué pasa si no puedo hacer mi almuerzo saludable porque se va la luz?
Viéndolo en un plano mediano: ¿qué pasa si estoy entrenando para una meta deportiva que me puse para el 2025 y me lesiono por un accidente tonto en la casa? ¿Qué pasa si despiden a mi jefe la semana antes de que me fuera a promover y subir el salario?
O viendo un plano más grande: ¿Qué pasa si hay un accidente o enfermedad que afecte a alguien de la familia?
A mí me ha ayudado mucho lo que he aprendido de ser papá para lidiar con las sorpresas pequeñas, medianas y grandes. Desde que no voy a poder llegar a tiempo a una cita porque Antonia quiere cambiarse por vez #7 antes de salir, hasta enfermedades imprevistas por las que tengo que cancelar trabajo y planes de entrenamiento. ¿Qué hago en el momento? Resuelvo. Como se pueda. Dejo ir lo que haya que dejar ir. Rescato lo que pueda rescatar. Entiendo que es algo que puede pasar.
También lo he aprendido de ser hijo y hermano. Enfermedades y accidentes que nadie podía prever pero con los que hay que lidiar y vivir.
Por más que tenga un plan para todos los riesgos que puedo prever, he aprendido a aceptar que van a pasar cosas para los que no me puedo preparar y con las que igual tengo que lidiar.
Yo hice esa promesa cuando nació Antonia. Hice esa promesa con mis papás y hermanos. Cuando pase algo imprevisto ya sé lo que tengo que hacer: tratar de resolver (entendiendo que a veces no hay solución).
La promesa de resolver no es valiosa sólo para cosas de magnitud como la familia e hijos — he aprendido a hacerme esa promesa a mí mismo con mis valores, metas y hábitos.
Si me cambian una reunión importante que me cambie la agenda igual voy a ver cómo entreno a otra hora. Si se va la luz de sorpresa voy a resolver para mantener mi nutrición y poder seguir trabajando.
Si me lesiono el tobillo de manera inesperada y afecta mi entrenamiento de ultramaratón, ¿cómo voy a actuar antes la sorpresa? Voy a buscar cómo entrenar tren superior nada más. Voy a averiguar cómo entrenan los atletas olímpicos cuando se lesionan un tobillo para seguir trabajando su capacidad pulmonar y cardiovascular. Voy a resolver.
La promesa es tomar la decisión — desde antes — que voy a resolver lo inesperado a lo mejor de mis habilidades, ya sea pequeño, mediano o grande, me da paz.
No podemos prever el riesgo (por definición), pero sí podemos prever cómo vamos a actuar cuando/si pasa.
Aunque solo llevamos 13 días del 2025 estoy seguro que ya se les presentó una sorpresa, sorpresita o sorpresota que les tiró una cáscara de banano y obstaculizó su entrenamiento o trabajo o hasta su salud o la de un ser querido.
Si no cumplen con alguna de sus metas este año lo más probable es que no sea por algo que ya sabían que iba/podía pasar, por más grande que fuera. Lo más probable es que 1 día haya una piedrita pequeñísima pero inesperada que no les permitió avanzar ese día y fuera más difícil al día siguiente y se creara una avalancha imparable de no avanzar.
La solución es saber que esas sorpresas son más poderosas que todas las cosas que pudimos ver y para las que pudimos planificar. Aceptar que van a pasar. Prometernos que nuestra mentalidad va a ser de solución y de seguir adelante aunque no sea perfecto.
"The ultimate form of preparation is not planning for a specific scenario, but a mindset that can handle uncertainty." — James Clear
Una mentalidad de resolver y la promesa de hacerlo cuando pase es como podemos vivir y trabajar y ser hermanos y ser hijos y ser papás y parejas y profesionales y acercarnos a la vida que queremos vivir en un mundo cuya única verdad absoluta es que nos va a sacar sorpresas que no podíamos prever.
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