Las banderas comunican los valores, la misión, el valor de una persona o un grupo de personas. Además alinea los esfuerzos internos individuales y comunales hacia la misión compartida de los que se ven representados por esa bandera.
Este año nos cambió. Nos enseñó. Nos dió perspectiva.
La bandera del 2020 nos va a permitir alinear nuestros esfuerzos futuros con lo que aprendimos este año y - sobretodo - nos va a ayudar a no olvidarlo.
Para mí una representación del 2020 tiene que incluir un sentimiento de problemas, un sentimiento de obligación a contraernos y cuidarnos, un proceso interno individual y como colectivo de entendernos mejor, entender cómo vivir nuestras vidas de la manera más esencial posible y miras a una expansión y progreso futuro con nuevos ideales. Además, para mí, tiene que incluir un sentimiento de esperanza que irradia y que hace el proceso posible.
El triángulo negro que se hace más pequeño hacia el centro simboliza los problemas y todos nosotros contrayéndonos - hasta cierto punto hasta miedo.
El círculo azul representa el proceso interno individual y holístico de crecimiento y búsqueda de la verdad.
El triángulo rojo que se abre del centro hacia afuera representa el progreso y fortaleza que hemos ido experimentando hacia el final del año pero queda abierto con miras hacia el futuro. El rojo también simboliza “lucha” que es una lucha que vamos a seguir teniendo en el futuro para vivir vidas más conscientes y con valores correctos como sociedad.
Las franjas ver des representan “esperanza” que viene de muchos lugares diferentes. Esperanza en nuestra familia, en nosotros mismos, en nuestra sociedad. Esperanza en el bien común y en los entes que nos gobiernan. La esperanza puede haber sido intermitente durante este año, pero siempre ha estado ahí.
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