El calendario: la única poción mágica de productividad

La única manera de asegurarnos hacer lo que es realmente importante para nosotros es agendar el tiempo.

Todas las semanas desde hace 10 años hablo con por lo menos 5 personas que quieren comenzar un proyecto desde hace rato y no han podido. Peculiarmente todos tienen en común que no tienen una agenda con tiempo bloqueado para trabajar en ese proyecto.

He escuchado todas las excusas y justificaciones:

• ¿Pero y si solo puedo trabajar en esto una hora a la semana los miércoles en la noche? Agende una hora para trabajar en eso los miércoles en la noche.
• ¿Pero y si necesito llevar un curso antes o hacer investigación del tema? Agende el tiempo para hacer eso, eso es parte del trabajo para su proyecto.
• ¿Y si necesito un escritorio nuevo o un cuaderno nuevo o un par de anteojos especiales que usa la gente que hace proyectos como este? Épico, ponga en su agenda tiempo y procesos para conseguir esas cosas, pero haga la agenda ya.

Y la mejor de todas: ¿pero si yo no funciona con agendas? Está bien. Todas las personas y métodos de trabajo son válidos, pero igual necesita una agenda. Para el 99.9% de la gente el mejor consejo para comenzar, hacer y terminar un proyecto es hacer una agenda.

No soy terco con el tema de la agenda por gusto, es que he descubierto algo: la mayoría de la gente hace más esfuerzo en justificarse por qué no pueden hacer su agenda que haciendo el trabajo.

¿Por qué? Porque lo que están esperando es un método o app de productividad, un secreto de creación de trabajo, que no los destine a meses de trabajo agendado con avances pequeños poco extraordinarios. Quieren una poción mágica 🧙‍♀️

Pero no hay.

Todos queremos ser “salvados”. Queremos una filosofía de vida o herramienta o táctica que nos evite el miedo o incomodidad o síndrome del impostor que siempre nos obstaculiza el progreso cuando queremos hacer algo que nos importa. No queremos creer que hacer cosas épicas sea un proceso tan poco épico lleno de cosas que no queremos sentir en el momento. Y por eso estamos dispuestos a posponer lo que realmente queremos por la esperanza de que la poción mágica llegue que me ahorre todo lo feo.

Yo no creo que la gente que quiere una poción mágica sea vaga, más bien quieren la poción mágica porque sienten que no son capaces de lograrlo de otra manera. Creen que aunque lo agenden y lo trabajen no lo van a lograr, que necesitan un milagro - o una herramienta mágica. Lo que no ven es que todos - absolutamente todos - sentimos eso y estamos descifrando como funciona la vida y el trabajo de camino.

Las cosas extraordinarias no son producto de magia, son el producto de la suma de muchas cosas ordinarias. Si no saben qué hacer hoy para avanzar en sus proyectos, saquen su agenda y guarden espacio para hacer el trabajo consistente que les va a dar resultados épicos.