Tomamos decisiones mal.
No es que tomemos malas decisiones, es que no tenemos un buen proceso de toma de decisiones. No podemos reducir una decisión sólo a tratar de predecir si el resultado va a ser "bueno" o "malo". No sólo porque nada es 100% "bueno" o 100% "malo", sino porque predecir el futuro es imposible.
Por otro lado, una decisión no afecta un sólo aspecto de mi vida, afecta varios. Intuitivamente sabemos esto y por eso nos cuesta tanto tomar una decisión. Porque sabemos que renunciar a un trabajo o decir que sí a un trabajo nuevo no se trata sólo de plata o de felicidad o de futuro, se trata de las 3 (y otras cosas). Intuitivamente lo sabemos, pero no lo articulamos y al no articularlo no tenemos un buen proceso de toma de decisiones.
No existen las decisiones perfectas porque ninguna decisión va a darnos resultados perfectos en todos los aspectos de nuestra vida, es imposible. Si quiero más riqueza y trabajo más sacrifico tiempo de relaciones. Si quiero más relaciones y trabajo menos sacrifico más trabajo. Si compro más bienes, sacrifico ahorros, etc, etc, etc. De ahí que no haya decisiones "buenas" sino sólo decisiones "óptimas".
Un ecualizador asegura que el sonido que sale de las bocinas sea el que usted, cómo oyente, quiera. Ajusta los niveles de altos y bajos y otras cosas que yo no sé 😂 para que usted obtenga la experiencia que quiera. Lo podríamos variar cuando estamos oyendo heavy metal o boleros o si estamos sólo en un estudio o al aire libre.
Tenemos que construir nuestro propio Ecualizador de Decisiones: una combinación de nuestros valores que puedo variar según mi contexto (etapa de vida, metas, responsabilidades, deseos, metas en familia, etc) que me permita maximizar la experiencia de vida que yo quiero tener.
De aquí podemos ver que no hay decisiones buenas ni malas, sólo decisiones que optimizan los valores que quiero en mi vida y las que no.
Es fácil ver cuál es la decisión que debería de tomar si mi meta es maximizar tiempo con mi hija y un trabajo nuevo me genera mucha riqueza pero poco tiempo con mi hija.
La meta es tomar decisiones de acuerdo a nuestro propio Diseño de Vida. Para eso hay que saber qué es importante para nosotros, construir nuestro Ecualizador de Toma de Decisiones (tomando en cuenta a quienes queremos que compartan nuestras vidas), dejar de tratar de predecir el futuro e ignorar las creencias de otros de cómo una vida se debe vivir.
¡Suerte!
Cero spam. Sólo mis mejores ideas y de vez en cuando anuncio de productos épicos diseñados para ayudarles a diseñar sus vidas y/o mejorar sus habilidades de negocios.
Gracias por leer. Realmente hace una diferencia. Mi meta es ayudar a 5,000 personas a tomar acción en su diseño de vida y sus proyectos profesionales. El año pasado logré apoyar a 1,890 personas a través del newsletter, 300 personas a través de recursos gratis y 217 personas a través de mis talleres, cursos y productos digitales.
