El señor que ganó por ser indispensable

He estado impartiendo unos talleres para un grupo de colaboradores de un banco y todos los días he notadoque una de las personas del banco usa un software que se ve así:

Me ha dado muchísima curiosidad que en pleno 2023 todavía existan softwares importantes que se vean como que fueron creados en 1977. El viernes no me pude contener más la curiosidad y le pregunté qué era y por qué lo tenían.

Ella me contó que es el software que maneja todo el banco, prácticamente. Por lo menos la parte más importante. También me contó que el encargado del software es un señor de 70 años que lo instaló hace décadas cuando trabajaba ahí, pero se peleó con el banco y se retiró.

Ahora cualquier cosita que el banco necesite arreglar o darle manteniento el señor "cobra lo que le da la gana" porque no hay nadie más que lo pueda hacer.

De esta historia pequeña saqué 3 aprendizajes:

1. No sea prisionero de sus dependencias. Si uno depende de un software o de una persona o hasta del clima para hacer lo que uno necesita hacer, entonces es prisionero a esa dependencia. Es imposible hacerlo todo solo, pero es bueno analizar qué dependencias se tienen y alternativas que se pueden usar en caso de necesitarlas. Aplica tanto para un negocio como para despertarse temprano para ir al gimnasio.
2. ¿Cómo puedo ser lo más cercano a indispensable? Si uno puede hacer algo que nadie puede hacer, o hacerlo de una manera en que nadie más lo puede hacer, va a poder generar muchísimo valor y recibir valor de vuelta. De fijo hay miles de softwares más modernos y personas que sepan usarlos, pero sólo hay un señor que sabe darle mantenimiento a ese. Llegar a ser indispensable es dificilísimo, pero el solo hecho de ponerse en ese camino le va a dar frutos.
3. Hay más oportunidad de la que uno cree, ¡salga a buscarla! Uno esperaría que un banco grande del 2023 tenga sus necesidades de software cubiertas, pero no. Es increíble la cantidad de cosas en empresas grandes que se manejan de maneras arcáicas, uno puede generar valor. También es increíble la cantidad de personas que tienen problemas básicos sin resolver, uno puede ayudarles. Hay oportunidad, vaya búsquela.

El cuarto aprendizaje (bonus) es que uno puede hacer preguntas triviales o tontas cuando ve algo por pura curiosidad y 9 de cada 10 veces la gente está feliz de hablar con uno de eso. Tal vez hasta le genere aprendizajes épicos para su vida personal y profesional.