Nos rendimos porque cuando tratamos de hacer algo las primeras veces, la calidad de lo que podemos hacer es muchísimo menos a la calidad que está en nuestra cabeza de lo que podríamos hacer.
Ira Glass, el conocido productor del show de radio/podcast "This American Life", dice que él ve como muchos jóvenes creativos tienen un gusto mucho más desarrollado que sus habilidades actuales. Cuando crean algo por primera vez, casi que por seguro la calidad de lo que hicieron con sus habilidades sin desarrollar no va a estar al mismo nivel que su gusto que sí está desarrollado. La mayoría, dice, se rinden cuando se dan cuenta de lo que falta para llegar al nivel de su gusto porque creen que es un problema de que ellos no tienen el talento necesario.
A mi me pasa casi todos los días cuando dibujo en las mañanas con mi hija. Se me ocurre algo que quiero dibujar, lo trato de dibujar y se ve como si lo hubiera hecho mi hija de 5 años, y no yo. Obviamente la calidad va a ser mucho menos a la imagen en mi cabeza, yo nunca practico dibujar.
Me di cuenta que por eso nunca realmente me di la oportunidad en mi adolescencia de ser diseñador o artista (que era lo que yo quería ser): trataba una vez, se veía mal, pensaba que eso significaba que yo no podía y me rendía. Seis meses después repetía el ciclo hasta que un día finalmente no lo volví a tratar.
Alguna gente nace con talento, pero es extraordinariamente poca. Las personas que logran cualquier éxito son las que tienen suficiente paciencia para desarrollar sus habilidades para que empaten con la calidad que esperan producir.
Cuando tenemos la confianza de que podemos ejecutar lo que está en nuestra cabeza (ie. la calidad esperada = la calidad real) nos volvemos imparables.
Cero spam. Sólo mis mejores ideas y de vez en cuando anuncio de productos épicos diseñados para ayudarles a diseñar sus vidas y/o mejorar sus habilidades de negocios.