Si son como yo en este instante están dejando algo sin hacer.
Si son como yo, en este momento tienen algo importante que no están haciendo. Puede ser algo de trabajo, o de su entrenamiento o nutrición, puede ser algo de su familia o del emprendimiento que siempre han querido lanzar.
Si son como yo, además, se sienten mal al respecto. Pero tampoco se sienten tan mal, porque la verdad es que no lo están dejando de hacer por vagos o por irresponsables, es que hay tantas cosas urgentes y tantas importantes que cuesta hacerlo todo.
¿O será que sí se puede hacer todo?
¿O será que ni siquiera tenemos que tratar de hacer todo?
La semana pasada hablamos de tomar acción, hoy vamos a hablar de cómo poder tomar las acciones “importantes”.
Hoy no vamos a hablar de por qué procrastinamos generalmente, pero pueden conocer más y leer mis artículos sobre el tema aquí: www.juanjosemunoz.com/procrastinacion
Hoy vamos a hablar de cómo tomar más acción en las cosas que ya decidimos que son importantes porque nos avanzan hacia la vida que queremos vivir mientras el mundo nos bombardea de otras cosas que sentimos que “tenemos” que hacer.
Todos ustedes, estoy seguro, saben lo que tienen que hacer para mejorar sus vidas. Saben que tienen que llevar aquel curso o comenzar su negocio o mejorar su nutrición o ir a terapia. Pero también saben que tienen que ir al trabajo 8 horas al día, 5 días por semana y tienen que ser mamás y papás o dedicarle tiempo a sus parejas y amigos. También tienen que descansar.
Y el día sólo tiene 24 horas.
¿Cómo uso ese tiempo finito?
Si ya sabemos qué tenemos que hacer, pero no podemos decidir qué hacer y encontrar tiempo para todo, no estamos siendo víctimas de procrastinación. Estamos fallando en priorización.
La Paradoja de las Opciones (The Paradox of Choice, Barry Schwartz) dice que entre más opciones tengamos más difícil es tomar una decisión y que después de cierta cantidad de opciones la dificultad es tanta que ni siquiera tomamos la decisión.
Por otro lado, está comprobado que, neurológicamente, nuestro cerebro no es bueno imaginando nuestra realidad futura. Preferimos, por supuesto, tener lo que queremos hoy en lugar de mañana. No sólo eso, la sociedad y nuestro trabajo, nos presiona a generar resultados hoy.
Eso resulta en que queramos hacer tantas cosas — ¡y al mismo tiempo! — que psicológica y físicamente, no podemos lidiar con tomar la decisión y nuestro cuerpo activa el mecanismo de defensa de procrastinación. Terminamos sin hacer nada.
La solución racional suena simple: reduzca la cantidad de opciones (cosas que quiere hacer) y va a ser más fácil tomar acción. Pero no somos seres racionales.
El peor consejo que se puede dar en este caso es “quieran menos cosas”.
¿Por qué deberían de Diseñar sus Vidas con menos cosas épicas? No me gusta.
Lo que me ha ayudado a mí es aprender a ver mi tiempo como una herramienta igual que mi compu, como si fuera un serrucho, por ejemplo, y dejar de verlo como algo que “pasa”.
Si el tiempo es algo que fluye sin mi control entonces tengo que tratar de hacer la mayor cantidad de cosas antes de que se acabe.
Tengo que pensar en meter la mayor cantidad de cosas importantes en mis 100 años de vida, o lograr todos mis propósitos en 1 años o lograr la mayor cantidad de metas en 1 mes o tachar muchos pendientes en 1 día. Tengo que tratar de hacer muchas cosas porque el tiempo está fuera de mi control.
Sólo en este escenario existen las cosas “urgentes”.
Si vemos el tiempo como algo que no controlamos o como un recipiente al que le tenemos que meter la mayor cantidad de cosas antes de que se vaya, siempre vamos a estar priorizado lo que se siente “urgente”. En cada momento siempre va a haber algo que se siente más urgente aunque no sea importante, y algo que se siente que se puede aplazar aunque sí sea importante.
Si no aprendemos a relacionarnos con el tiempo como una herramienta que usamos intencionalmente, siempre vamos a caer víctimas a lo urgente.
El tiempo puede ser una pala o un serrucho, que decidimos usar de cierta manera para cumplir con un objetivo.
Un serrucho es una herramienta que tenemos que usar intencionalmente. Un serrucho guardado en una bodega no hace nada. Un serrucho tampoco tiene mucho uso si sólo pensamos en usarlo urgentemente para lo que sea porque mañana me la van a quitar.
También, si trato de usar el serrucho solo porque tengo que usarlo antes de que se acabe el tiempo de usarlo puedo terminar usándolo para cocinar una sopa de chayote, pero no me va a servir de mucho.
El serrucho, además, no lo pueda estar usando para cortar una regla de madera al mismo que tiempo que cortar un tubo de PVC. O corto la madera o corto el tubo — tengo que ser intencional.
Caer en la trampa de la urgencia es como tratar de cortar las dos cosas a la vez porque creemos que no tenemos tiempo e igual darnos cuenta que no terminamos ninguna de las dos.
En la vida real esto se puede ver como pensar en estar con nuestros hijos mientras trabajamos, o angustiarnos porque queremos ver a nuestros amigos pero también tenemos que estudiar para la maestría, o que sabemos que deberíamos de ir a entrenar pero al mismo tiempo tenemos que trabajar en nuestro emprendimiento.
Caemos en la trampa de creer que todo es igual de importante, que todo deberíamos de tratar de malabarearlo la mismo tiempo porque son nuestras “prioridades”.
Pero la palabra “prioridades” no existe.
Bueno sí existe, pero solo porque la usamos comúnmente. El tema es que etimológicamente no existe porque el origen de la palabra en latín dice que una prioridad es “la cosa que toma precedencia por sobre todas las otras”.
El hecho de que una cosa sea más importante que las otras implica que no puede haber otra cosa que también sea más importante que las otras.
No deberíamos de estar escogiendo entre 2 cosas igual de importantes para usar nuestra herramienta de tiempo, porque no debería nunca haber 2 cosas igual de importantes 🤯
Ahora, un segundo…
...
No quiero decir que si un día escogen trabajar un rato más en lugar de estar con sus hijos eso significa que su trabajo es más importante que sus hijos. ¡Para nada!
Me faltó una parte: nunca debería de haber 2 cosas igual de importantes en un mismo momento.
Yo puedo usar el serrucho para cortar la madera en la mañana y el tubo en la tarde y sería una manera súper útil de usar el serrucho.
Puedo tener una prioridad diferente para cada momento, pero la prioridad tiene que ser realmente una prioridad para que la herramienta funcione. Si cuando me despierto estoy indeciso de qué es más importante y trato de pensar cómo usar la herramienta para las dos cosas, voy a fallar.
Puedo tomar acción en más de una cosa que sea importante para mí pero en un bloque de tiempo dado sólo 1 cosa puede ser la prioridad, sino voy a fallar.
Y esa prioridad tiene que estar definida desde antes.
¿Por qué?
¡Porque ya sabemos que no somos buenos decidiendo entre varias opciones en el momento!
Lo mejor que podemos hacer es decidir desde antes cuál es la mejor manera de usar la herramienta del tiempo y eliminar las opciones para procrastinar menos.
**Claro, eliminar opciones o calendarizar nuestro tiempo es complicado. Principalmente porque creemos que hacerlo nos hace menos “libres”. Toqué justamente ese tema en estos 2 artículos:
El calendario: la única poción mágica de productividad
Aunque entendamos el concepto de “prioridad vs prioridades” y de usar el tiempo como una herramienta, siempre queda el problema de qué hacer cuando lo “urgente” me impide actuar sobre lo importante.
“Urgencia” significa que algo es “inaplazable” o “de inmediata obligación”.
¿Cuántas cosas en realidad son cosas que no se pueden aplazar o de inmediata obligación? La salud de nuestros hijos o la nuestra de fijo. ¿Qué más? Casi todo lo demás puede esperar.
Generalmente, nos referimos a las cosas como “urgentes” cuando la urgencia la define alguien más. Decimos que el trabajo es urgente porque nuestro jefe/cliente nos pidió algo de ya para ya, pero no nos referimos a pasar tiempo con nuestra familia como que sea algo “urgente” nunca.
Nuestro trabajo no es “urgente”. ¡Ojo! No quiero decir que no sea importante, pero no es urgente.
¿Cuántas veces les ha llegado un correo de un jefe o cliente pidiendo algo “urgente” que se entrega de inmediato y el jefe o cliente no lo revisa sino hasta dentro de 5 días?
Sí, para crecer en nuestro trabajo y mantenerlo tenemos que cuidarlo y estar pendientes, pero no es nuestra prioridad las 24 horas del día. Nuestro trabajo debe de tener un bloque de tiempo en que tiene prioridad y otros bloques en que no.
No aplica solo para el trabajo, aplica para todo.
Mi filosofía es que lo que no se puede aplazar (o sea, lo urgente), es lo que es realmente importante para nosotros en ese momento.
Si un cliente me llama a las 6pm pidiendo algo “urgente” no tengo ni que angustiarme porque ya sé que no es. Lo urgente a las 6pm no es mi cliente, es mi familia o mis proyectos.
Además, si uso bien mi herramienta de tiempo de 9am a 5pm para priorizar mi trabajo, no tengo nada de qué preocuparme porque tengo la confianza de que tomé acción ese día y voy a tomar acción el día siguiente cuando sí sea lo más importante.
Así es como yo uso mi herramienta de tiempo para el día a día.
Pero eso puede aplicar para semanas, meses y años. Puedo tener un proyecto prioritario turgente para esta semana y para la semana entrante otro. Uno año lo puedo enfocar a estudiar como prioridad y urgencia y el siguiente para otra cosa.
La manera en que logramos hacer las cosas importantes sin dejarnos interrumpir por “urgencias” es convertir las cosas importantes en cosas “urgentes”.
La pura verdad es que no deberíamos de estarle dedicando tiempo a cosas que no sean importantes para nosotros, sin importar el grado de urgencia que otra gente cree que tenga.
Eso significa que todo comienza con entender nuestro Diseño de Vida. Si no tenemos claro lo que es importante para nosotros nunca vamos a poder priorizar y, como dice la Paradoja de las Opciones, nunca vamos a poder escoger en qué trabajar y usar nuestro tiempo.
Aún cuándo tenemos claro lo que es importante para nosotros tenemos que aprender a usar el tiempo como una herramienta para asegurar que tomamos acción en cada una de esas cosas y le damos la energía y enfoque que merece.
Si es algo es importante para nosotros, debería de ser lo más urgente en un momento dado también.
No dejemos que las urgencias de otros o de creer que tenemos que hacer todo ya (antes de que se acabe el tiempo), nos detenga de actuar en lo que es más importante.
“Listen. Every time you’re given a choice between disappointing someone else and disappointing yourself, your duty is to disappoint that someone else. Your job, throughout your entire life, is to disappoint as many people as it takes to avoid disappointing yourself.” — Cecily Brown
Cero spam. Sólo mis mejores ideas y de vez en cuando anuncio de productos épicos diseñados para ayudarles a diseñar sus vidas y/o mejorar sus habilidades de negocios.