La clave de ganarle a nuestro Síndrome del Impostor es entender que no nos sentimos "impostores" siempre, sino que hay momento en que nos sentimos épicos y confiados - por más pequeños o cortos que sean. Y si eso es cierto, hay una versión de nosotros un mismo, un "yo", que le puede ganar a la versión que se siente impostor, el "yo impostor".
Mi teoría es que somos 3 "yo" diferentes.
Ya conocen bien a los primeros 2 "yo":
El Síndrome del Impostor es el choque entre el "yo que quiere" y el "yo impostor". Solo existe cuando quiero algo, si no quiero nada, el "yo impostor" no existe, porque no tiene nada contra qué pelear. Pero sí queremos cosas en la vida, y sí va a salir el "yo impostor", ¿qué hacemos?
El tercer "yo" es la clave. El "yo que hace" no quiere nada, tampoco le tiene miedo a nada, no es emocional ni irracional - solo hace. Es mecánico, técnico, racional. Resuelve el problema que tiene en frente.
Me he dado cuenta que cuando estoy haciendo no pienso en lo que me da miedo porque mi ancho de banda mental está 100% utilizado en lo que estoy haciendo. No pienso en lo que quiero, no pienso en por qué no puedo tenerlo, solo estoy haciendo.
Esto eslo que mucha gente llama "flow" - cuando estamos tan metidos en lo que estamos haciendo que no nos damos cuenta de nada más.
Hacer, y entrar en flow, requieren práctica. El "yo que hace" gana fuerza cada vez que hacemos, o practicamos para poder hacer, y el "yo impostor" se va debilitando cada vez más.
El "yo impostor" no se puede vencer solo "queriendo hacerlo pero con más ganas", se vence haciendo más. Hagan más. En privado está bien, el "yo que hace" no necesita un público.
Cero spam. Sólo mis mejores ideas y de vez en cuando anuncio de productos épicos diseñados para ayudarles a diseñar sus vidas y/o mejorar sus habilidades de negocios.