La mayoría definimos la meta que queremos lograr y acto seguido definimos un camino para llegarle, como si estuviéramos planeando una ruta para nuestro “road trip” en un mapa.
Planear un road trip es super entretenido, a mí me encanta. Es importante, además, porque así se planifica la cantidad de tiempo que va a tomar, ropa, comida, se pueden planificar gastos, etc.
¿Pero qué pasa si tenemos que planificar una ruta en un lugar donde no hay calles? ¿Cuando no hay un mapa que nos dice donde están hoteles, supermercados, gasolineras, ¡ni siquiera baños!?
El problema es que sólo conocemos el proceso de agarrar un mapa y planificar. Nunca nos enseñaron a navegar. Es más, nunca ni siquiera nos enseñaron que es posible llegar sin un mapa.
Para llegar a una meta cuando no hay mapas definidos tenemos que comenzar a movernos con una brújula y resolver de camino.
Cuando hay un mapa, sigamos el mapa. Pero cuando es un camino que nunca hemos hecho antes (como emprender, como desarrollo personal, como ser creativo, como diseñar nuestra vida) acordémonos que podemos hacerlo sin el mapa. Que podemos avanzar, ver donde estamos y tomar la decisión de corregir o seguir rumbo.
Me acuerdo de una cita épica de E.L. Doctorow:
No aplica únicamente para escribir novelas. Aplica para todo en la vida.
Cero spam. Sólo mis mejores ideas y de vez en cuando anuncio de productos épicos diseñados para ayudarles a diseñar sus vidas y/o mejorar sus habilidades de negocios.
Gracias por leer. Realmente hace una diferencia. Mi meta es ayudar a 5,000 personas a tomar acción en su diseño de vida y sus proyectos profesionales. El año pasado logré apoyar a 1,890 personas a través del newsletter, 300 personas a través de recursos gratis y 217 personas a través de mis talleres, cursos y productos digitales.
