Aprender a tener más enfoque para tener más libertad

May 26, 2024

"The only way to be a painter is to make paintings. That means not doing other stuff." — Brian Rutenberg

Siempre me ha fascinado la gente que se dedica a una sola cosa y se hacen expertos en eso. Los admiro.

A mí toda la vida me han interesado muchas cosas diferentes.

En el colegio estaba en el equipo de fut, basket, volleyball, jugaba baseball los findes y hacia equitación de manera competitva.

También patinaba, trataba de ser diseñador, estudiaba francés y tocaba piano y bajo.

Siempre me dijeron que esa era mi problema: que no me enfocaba en una sola cosa y que por eso no alcanzaba mi potencial en lo que hacía.

Aunque he aprendido que no es del todo malo probar muchas cosas diferentes, no dejaban de tener razón.

El enfoque es la clave para tener resultados desmedidos en lo que realmente queremos.

La definición de "enfoque" es "dirigir la atención y/o recursos hacia un asunto desde unos supuestos previos para tratar de abarcarlo adecuadamente".

Mi cerebro no funciona así.

Al menos no funciona así con los settings de fábrica.

Siempre me han interesado muchas cosas diferentes y siempre he sentido unas ganas incontrolables de manifestar y dedicarle energía a todas esas cosas.

De ahí que mi manera de abordar todos mis intereses no era conducente a enfocarme en uno — o unos pocos — lo suficiente como para tener resultados épicos, sino que me partía mi atención entre todas las cosas que me la jalaban.

Hasta hace muy pocos años me sentía hiper orgulloso de mi habilidad de poder hacer tantas cosas diferentes. Me sentía libre.

Libertad vs enfoque

Durante los últimos 12 años dirigí una incubadora de startups global, era dueño de un gimnasio de CrossFit y entrenador de alto nivel, también hacía contenido para YouTube y redes, escribía este correo (no he fallado en 8 años, por cierto jaja), también consultaba con startups y emprendedores para ayudarles con sus negocios, diseñaba camisetas y stickers, hacía webinars y lives sobre estoicismo y productividad, hasta comencé una empresita de miel picante.

Y eso sin contar todos los planes que tengo a futuro.

Sentía que tenía la vida más increíble del mundo porque tenía la libertad de hacerlo todo.

Todos queremos "libertad" y yo sentía que estaba viviendo una vida épica, porque era libre de dirigir mi atención a muchos de mis intereses y cambiarla de uno a otro como yo quisiera.

Y hace unos años me cayó el aprendizaje más grande que he tenido en los últimos años: poder hacer lo que queramos no es libertad.

Barry Schwartz es psicólogo y profesor emérito de Teoría y Acción Social en Swarthmore College y UC Berkeley y escribió el libro "The Paradox of Choice".

Schwartz explica que el ideal occidental de bienestar es "maximizar nuestra libertad individual" porque solo teniendo esa libertad podemos actuar para de nuestra propia voluntad para maximizar nuestro propio bienestar y que nadie decida lo que es mejor para nosotros. La manera en que maximizamos esa libertad es a través de la libertad de escoger — o maximizando opciones.

Pero, dice Schwartz, la sociedad nos ha dado tantas opciones que nos cuesta escoger.

Esta es la Paradoja de las Opciones: después de una cierta cantidad, tener más opciones nos dificulta escoger al punto que muchas veces no escogemos nada o no escogemos la mejor opción.

Está probado que aunque logremos superar la parálisis de escoger, cuando sí escogemos estamos menos satisfechos con nuestra decisión porque sabemos que hay tantas otras opciones que nos pudieron haber hecho más felices.

"Ser libres" implica poder actuar para nuestro propio beneficio. Si tenemos tantas opciones que no actuamos o no logramos escoger la mejor opción, entonces no somos libres.

Yo creía que poder hacer tantas cosas me daba libertad creativa y libertad profesional para crear la vida que quería. Pero no. Lo que hacía era limitarme.

Tener tantas opciones no me permitía escoger en qué enfocarme, y cuando sí escogía no podía estar satisfecho de que fuera la mejor decisión.

La verdadera libertad, he aprendido he aprendido en estos años, viene de enfocarnos para poder decidir con confianza y satisfacción.

Libertad a través del enfoque

La definición dice que el enfoque se genera desde "supuestos previos", llámese: ¿cómo creo yo que es mejor vivir mi vida?

Si no hemos definido eso, no podemos escoger a qué dedicarle nuestra atención. Pero además, poder definir esos supuestos nos ayuda a limitar las opciones disponibles y poder escoger mejor.

A estos supuestos yo lo llamo Diseño de Vida, un sistema que asegura que estemos tomando decisiones para las cosas que son más importantes para nosotros (y no nadie más).

Estos valores que decidimos desde antes (supuestos previos), nos permiten saber a qué, cuando y cómo dedicar nuestra energía y recursos — o sea, nos permiten enfocarnos.

Paso 1: Enfóquese definiendo sus valores.

Si usted, por ejemplo, decide que la salud física es más importante que cualquier otra cosa, eso le da la libertad de decirle que no a sus amigos cuando lo invitan a salir esa noche y todavía no ha entrenado.

Lo que pasa, generalmente, es que dejamos la puerta abierta y si nos invitan a salir nos sentimos mal con cualquier decisión que tomemos. Si les decimos que sí a los amigos nos sentimos mal de no entrenar y si decidimos entrenar nos sentimos mal de no haber ido con los amigos.

Ser libres implica sentir paz con las decisiones que tomamos y la única manera de lograr eso es teniendo claro lo más importante para nosotros para poder escogerlo con confianza.

Claro, eso reduce de las opciones de lo que podemos escoger hacer con nuestra energía y tiempo, pero como nos enseñó Barry Schwartz, menos opciones nos van a dar más satisfacción.

Tener claros nuestros valores de Diseño de Vida nos permite enfocar nuestra energía porque podemos tomar decisiones más fácilmente y vamos a tener la confianza de que la dirección hacia la que dirigimos nuestra energía nos avanzaa hacia la vida que queremos.

Pueden aprender más sobre Diseño de Vida aquí.

Paso 2: Enfóquese usando presupuestos.

No es suficiente con saber a qué dedicarle nuestra energía, también es clave saber cuánta y cuándo dedicársela.

Por ejemplo, no hay duda que tener presupuestos de finanzas personales aumenta nuestro bienestar.

En este estudio se concluyó que tener presupuestos personales aumenta la calidad de vida porque sentimos que tenemos más opciones, podemos ejercer más control y estamos más satisfechos con los resultados que obtenemos.

Tener opciones "infinitas" en finanzas personales, sin enfoque, no lleva a libertad, lleva a desastres financieros.

Tener un presupuesto significa enfocar el uso de nuestros recursos. Como el dinero es un recurso finito, no podemos gastar la cantidad que queramos en todo lo que queramos, sino que tenemos que escoger. O sea, tenemos que definir unos supuestos previos de cómo vamos a usar el dinero.

¡No tenemos que limitarnos a hacer presupuestos de dinero! Podemos hacer presupuestos de tiempo y energía, que también son recursos finitos.

Un presupuesto nos permite hacer las paces con el Costo de Oportunidad porque sabemos que estamos dejando de gastar recursos para poder dedicárselo a las que son realmente importantes.

Eso nos da no sólo la libertad de actuar tomando responsabilidad por nuestro bienestar, sino que nos da paz de saber que la decisión que estamos tomando es la correcta según nuestro Diseño de Vida.

Presupuestar nuestro tiempo nos permite tener la libertad de escoger lo que es más importante para nosotros según las metas que tenemos en ese momento y además, tener la satisfacción de saber que estamos dándole tiempo y energía a todas las cosas importantes.

👀 Nota: El presupuesto del tiempo sucede en un calendario y pueden leer más sobre el calendario como herramienta de enfoque aquí.

Cómo enfocarse e igual hacer (casi) todo lo que queremos

Me ha costado mucho hacer las paces con el enfoque porque mi cerebro quiere que hagamos todo. Mi cerebro sabe que podemos aprender muchas cosas y que somos talentosos y quiere que seamos almas libres y felices haciendo todo.

Pero mi alma no siente lo mismo, mi alma no se siente libre, se siente encarcelada por 7,000 proyectos abiertos todos al mismo tiempo que no avanzan como deberían ni generan los resultados que queremos.

He aprendido que me siento más libre con rutinas y presupuestos definidos de antemano de cómo usar mis recursos. Tener la confianza de saber a qué dedicarle mis recursos y energía me permite tomar decisiones libremente sabiendo que son decisiones dirigidas en la dirección correcta.

¡Hasta aprendí que puedo presupuestar tiempo y dinero para hacer lo que me la gana!

Con ese tiempo y dinero puedo explorar curiosidades y impulsos que hacen feliz a mi cerebro sin sentirme culpable, sabiendo que las cosas más importantes de mi vida están recibiendo la energía que merecen para generar el valor que quiero para mi vida.

Hace unas semanas hablamos de ver la vida como proyectos y que según el momento de nuestras vidas podemos cambiar el enfoque. Ya no siento la necesidad de hacer todo ya, sé que puedo presupuestar mis proyectos a lo largo de 40 años más de vida que tengo. Puedo hacerlo todo, solo no puedo hacerlo al mismo tiempo.

Eso me da la paz de decir que no a las cosas que antes hubiera dicho que sí y enfocar mi energía, talentos y recursos a darle el respeto que mis proyectos merecen.

Ser libres no es poder hacer lo que sea cuando sea. Ser libres es tener el control de nuestras vidas para poder vivirlas de la manera que nos de el mayor beneficio según nosotros, no nadie más. Esa libertad requiere que reduzcamos las opciones y nos enfoquemos.

"People think focus means saying yes to the thing you've got to focus on. But that's not what it means at all. It means saying no to the hundred other good ideas that there are. You have to pick carefully. I'm actually as proud of the things we haven't done as the things we have done. Innovation is saying no to 1,000 things." — Steve Jobs

No hay ninguna duda que poder hacer más cosas es mejor que estar limitado a una sola. No hay ninguna duda que tener más opciones es mejor que no tener opciones. No hay ninguna duda que tener control de cómo usar nuestro tiempo es mejor que no tener ningún control.

Pero tampoco hay ninguna duda de que, aunque suene contradictorio, la manera de sentirnos más libres, más en control y de generar más resultados es poniéndonos límites en las opciones que tenemos de cómo usar nuestro tiempo, energía y recursos.

Por favor, cuando me vean haciendo muchas cosas a la vez, díganme que me enfoque.

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