He aprendido a darle menos importancia a mis metas y más importancia a los sistemas de mentales y de acción con los que trabajo todos los días.
Las metas son cosas binarias: o sea cumple o no.
Si una meta se cumple es épico, ¿pero si no? Es muy difícil para nosotros aprender a valorar el trabajo ligado a una meta si esa meta no se cumple. A mí me parece que el trabajo es lo valioso y la meta solo la cereza del pastel.
Además, muchas cosas pueden pasar de camino que hacen que una meta no se cumpla o cambie de forma (ahem…COVID-19), ¿eso debería de invalidar el trabajo?
Por supuesto que no.
Entonces, desde hace unos años mis resoluciones de año nuevo no son metas, sino los sistemas de trabajo que yo sé que van a generar resultados. Algunos planificados, otros no, pero todos valiosos.
El sistema está compuesto por 3 modelos mentales.
Un modelo mental es un proceso de pensamiento que nos dice cómo pensar, qué analizar y qué mentalidad tener independientemente de la situación.
Hay muchos modelos mentales, no sólo los 3 que les voy a presentar, pero estos 3 juntos han tenido un impacto increíble en mi vida. Juntos dejan de ser ideas chivas y se convierten en un sistema de principios y valores diseñados para producir éxito.
Ojalá les funcionen.
1.
“It’s not that I’m so smart. It’s just that I stay with problems longer.” — Albert Einstein
Es mucho más beneficioso para nuestro crecimiento aprender a ser constantes, pacientes y pensar a largo plazo sobre nuestros problemas que ser “inteligente”. Aunque estemos cada vez más presionados por pensar en el corto plazo podemos desarrollar la habilidad de abrazar nuestros problemas por más tiempo.
La mayoría de nosotros no hemos desarrollado la habilidad de estar frustrados, de no saber las respuestas pero seguir adelante y de retrasar la gratificación. Por eso, preferimos siempre tomar la decisión o la acción que nos dé éxito lo más pronto posible. Lo que no nos damos cuenta es que las probabilidades de tener éxito (en cualquier cosa) aumentan con el tiempo, no con la inteligencia o habilidad.
Cada año mi meta es hablar con más emprendedores, estudiar más casos de éxito y de fracaso, tener el ojo puesto a tendencias (hola, Bitcoin y NFTs) y cada año confirmo dos cosas de la gente exitosa:
Sobrevaloramos la inteligencia y la habilidad como factores de éxito y subvaloramos la constancia en el tiempo.
En una línea de tiempo más larga tenemos más tiempo de acumular conocimiento sobre una industria o problema, aprender más y mejores habilidades y desarrollar una tesis de cómo generar valor en ese espacio.
Y, por si eso no fuera suficiente, los principios de probabilidad nos dicen que es más probable tener suerte si pensamos en un bloque de tiempo más largo, así que no solo aumentamos las probabilidad de ser exitosos también aumentamos las probabilidad de pegar con un golpe de suerte — casi sin buscarlo.
No hay que ser el más inteligente o habilidoso pero sí hay que aprender a resolver problemas de manera constante a largo plazo.
2.
El año pasado les compartí el concepto de “Thinkism” de Kevin Kelly.
Dos veces. Así de importante es.
Thinkism, dice Kelly, es la creencia de que si pensamos más podemos resolver mejor el problema cuando en realidad pensar más no produce resultados pero tomar acción sí. Pero, dice Kelly, pensar más no es mejor porque el pensamiento es infinito, mientras que la acción tiene que lidiar con el mundo tangible.
Tomar acción en etapas más tempranas del proceso nos permite entender, en el mundo real y con el contexto real, cómo funciona el problema y cómo funciona una posible solución, a diferencia de pensar, que pasa solo en nuestra mente donde no sabemos a ciencia cierta si algo funciona o no.
Esta idea, la de actuar más, parece que es contraria a la idea de resolver problemas a largo plazo, ¡pero no!
Para mí la belleza de tener estas dos ideas juntas es que nos dice que debemos de tomar acción para entender la realidad de lo que está pasando y tomar acciones de manera constante a largo plazo.
Lo que nos lleva a la tercera idea.
3.
Sobre estimamos lo que podemos hacer en 1 día y sub estimamos lo que podemos hacer en un año.
Nuestro cerebro la da muchísima más importancia al corto plazo que al largo. El corto plazo es más tangible, lo puedo predecir mejor y, además, el corto plazo es en el que hay peligro tangible (me preocupa el león que me quiere comer hoy, no el que me quiere comer a final de año).
Por eso, es muy fácil que cuando estemos haciendo planes pensemos en todo lo que podemos hacer hoy (o esta semana) y no dejamos de lado pensar en un plan para poder ejecutar durante todo el año.
Lo he visto una y otra vez: la persona que suma 1+1+1+1+1+1+1+1+1+1+1+1 (=12) va a aprender más, ser más exitosa y va a mantener más la productividad a larga plazo que la persona que trata de lograr 12 de un solo tiro.
No vean el 2022 como un solo bloque de tiempo, véanlo como 12 bloques en los que pueden hacer trabajo que suma para crear un logro grande al final.
Este año, piensen en avanzar de manera cumulativa durante 12 meses. Mejor aún, piensen en hacer una cosa chiquitita cada día durante 365 días.
Al final del año no van a poder creer todo lo que lograron hacer.
Yo creo, fielmente, que la persona que aprende a ejecutar, medir sus resultados y actuar de acuerdo a eso y que lo aprender hacer de manera constante a largo plazo puede generar muchísimo más valor que la persona inmensamente inteligente, habilidosa o suertuda que genera estallidos de acción a corto plazo.
Estas 3 ideas juntas son un sistema que aprovecha el poder de la acción constante y sostenida en el tiempo. Además, es una ventaja injusta porque poca gente la usa. Aún las personas que logran éxito desmedido en el corto plazo no van a generar tanto valor a largo plazo como quienes se adscriban a estos principios.
Así es como voy a atacar el 2022.
Así fue como ataqué el 2021. Terminé el año con mis metas financieras sobrepasadas, 13 side projects creados, miles de emprendedores apoyados, 135 artículos escritos y sobre todo, satisfecho.
Así fue como ataqué el 2020, el año de más incertidumbre y volatilidad de mi vida. No hice tanto ese año, pero sobreviví y construí.
Apliquen sistemas que les permitan crecer independientemente de si una meta se logra o no. Van a ver que probablemente, además, cumplan las metas.
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