A pesar de lo que diga todo Instagram, renunciar a cualquier proyecto está bien. No sólo está bien, sino que es clave para ser exitoso.
En octubre 2019 cerré uno de los proyectos que más orgulloso me hacían: CrossFit MIST, un gimnasio de entrenamiento funcional sólo para mujeres. No sólo me hacía orgulloso sino que lo usaba de ejemplo en charlas, era parte esencial de mi CV y me encantaba sentir que era un emprendedor exitoso en el área de salud y wellness. Fue un golpe devastador a mi ego cuando decidimos cerrar. ¡Lo más interesante de todo es que el negocio no iba mal!
¿Entonces, por qué cerraron?
Desde jovenes aprendemos la importancia de nunca rendirse, pero no nos enseñan cuando sí es buena decisión rendirnos. Vean su feed de IG, les prometo que hay por lo menos 100 veces más de posts de no rendirse que los que llaman a analizar proyectos que tal vez haya que cerrar. Es más llamativo hablarle a la gente de ser fuertes y "pelear" que de tomar decisiones difíciles.
Lo más interesante es que si lo que queremos es hablar de ser fuertes y crecer, decidir renunciar a un proyecto puede ser la decisión perfecta para su crecimiento y éxito.
¡OJO! Nunca deberíamos de renunciar a algo solo porque "se puso difícil"(tenemos que aprender a hacer cosas difíciles), pero sí deberíamos de rendirnos cuando seguir en ese proyecto nos llevaría en la dirección equivocada.
Es importante que enseñemos y promovamos no sólo la habilidad de no rendirnos para poder lograr cosas épicas, sino también cómo y cuándo rendirnos para optimizar nuestro camino.
Cuando cerramos MIST me dí cuenta que por más difícil que fuera para mi ego, era la mejor decisión. Nuestra socia decidió no seguir por temas de familia en crecimiento, cambiaron leyes fiscales que cambiaban el modelo de negocios, la carga de trabajo y tiempo iba a requerir contratar un equipo y no queríamos ser managers. Muchas cosas cambiaron que, de haber continuado, nos hubieran hecho tomar un rumbo que no huiera aleja de nuestros valores y diseño de vida.
Lo más difícil, para mi, fue manejar las creencias irreales de que "la gente" iba a pensar que yo había fallado. Pero, después...mucho tiempo después, me di cuenta que cerrar un proyecto puede ser la mejor decisión de negocios que se puede tomar.
El mejor emprendedor, la mejor persona, en realidad, no es la que nunca se rinde sino la que sabe cuándo seguir y cuando parar.
Es una buena idea plantearse de una vez una estructura para seguir o rendirse. ¿Cuáles razones son válidas para usted para renunciar a un proyecto? Es un ejercicio épico para hacer también con sus parejas, socios, familia: ¿cuando seguimos y "peleamos" por algo y cuando paramos?
Aquí les dejo algunas de las mías:
Una estructura así nos permite tomar decisiones importante y significativas evitando sentimientos de culpa o miedo al "qué dirán" porque estamos en control y estamos usando una estructura racional para tomarlas.
Aprender a hacer cosas difíciles y no rendirse es igual de importante que saber cuando rendirse para dedicarle energía, tiempo y recursos a las cosas que más se alinean a nuestro diseño de vida.
Se me acaba de ocurrir esta versión de la "Oración de Serenidad" pero para nuestro diseño de vida:
"Dame la serenidad de continuar con las cosas difíciles que me dan valor, el valor de renunciar a las cosas que no me generan valor y la sabiduría para reconocer la diferencia".
Cero spam. Sólo mis mejores ideas y de vez en cuando anuncio de productos épicos diseñados para ayudarles a diseñar sus vidas y/o mejorar sus habilidades de negocios.