Un día, después de 15 años de buscar la manera de vivir una vida épica, la descubrí.
Que no la hubiera descubierto hasta ese entonces no significa que no haya estado feliz, ni que mi vida no haya sido épica.
Estoy muy feliz y muy orgulloso de lo que he hecho en mi vida — pero todavía no había entendido como dejar de sentirme como que me faltaba algo, por más pequeño que fuera.
Aunque ahora me suena obvio, me hubiera gustado saberlo hace años:
Lo que me va a hacer realmente feliz es ser lo que me hace obviamente yo.
Lo que me hace obviamente yo es lo que magnifica la persona que yo soy y que nadie más es.
Es el agregado de mis habilidades, mi manera de ver el mundo, mi manera de pensar y resolver problemas, mi gusto personal, mi energía, la manera en que me relaciono con otras personas, cómo me gusta ser papá, cómo me gusta ser pareja, cómo me gusta estar para otros y cómo me gusta pasar mis días.
Ese agregado no es igual para mí y para usted. Solo yo puedo ser obviamente yo.
Aprendí que la única manera de ser feliz y vivir una vida épica es acercarme a una vida donde no tenga que comprometer nada de lo que soy mientras cumplo con todas las mis obligaciones y con todas mis aspiraciones.
Carl Rogers, reconocido como fundador de la investigación en psicoterapia y uno de los fundadores de la psicología humanística, lo llama "congruencia".
Ser "congruente" es actuare alineado con nuestros valores, pensamientos y sentimientos y nos permite vivir de manera se refleja quienes somos en realidad. Rogers propone que ser "congruentes" con quienes somos es esencial para felicidad porque ser "incongruentes" genera una disonancia entre lo que creemos que somos y lo que realmente somos que nunca nos permite estar en paz.
Abraham Maslow (famoso por la Pirámida de Necesidades Humanas), lo llamaba "transcendencia": vivir desde un lugar de autenticidad y autoexpresión completa.
Pareciera que la mayoría de corrientes psicológicas, sino es que todas, están de acuerdo en que ser "obviamente yo" es una parte esencial para estar felices y satisfechos.
Comprometer quienes somos por una meta o definición de éxito significa que estamos buscando metas de otras personas, que estamos viviendo 2 vidas: la que queremos y no vivimos y la que vivimos y no queremos. Esa disonancia produce lo opuesto a felicidad.
"Your entire life is a form of self expression." — Rick Rubin
Si expresamos algo diferente a lo que somos obviamente no vamos a ser felices.
Ahora que lo escribo me suena tan obvio que hasta me da pena escribirlo. Pero no fue tan obvio para mi por 40 años y no es tan obvio para la mayoría de la gente con la que hablo.
No es tan obvio porque siempre tenemos la "sensación" de ser nosotros mismos pero al mismo tiempo que estamos comprometiendo lo que realmente somos por cosas que no somos que creemos que tenemos que ser. Es muy fácil justificarnos esta manera de vivir diciéndonos a nosotros mismos que "no importa, porque ser un poquito "yo" es suficiente".
Cuando pensamos en "ser nosotros mismos" suena trillado, ¿verdad? Como un coach de vida de IG diciendo "sé tu mismo" y nadie — ni él — sabe lo que significa. Pero no es.
No es trillado porque ser lo que me hace obviamente yo es un ejercicio práctico y accionable que me va a traer valor real y tangible a mi vida (éxito, relaciones, felicidad, etc). No es una nada más un cliché para redes sociales.
Nuestro Diseño de Vida es convertirnos en quienes somos obviamente.
Nuestro Diseño de Vida se basa en nuestros valores — las cosas más importantes para nosotros — y las cosas que son más importantes para nosotros son, por definición, las cosas que nosotros escogimos y que nadie más escogió por nosotros. Son el conjunto de cómo vemos el mundo, cómo creemos que se ve una vida exitosa, cómo creemos que debemos de actuar y de qué queremos priorizar.
Si vivimos los valores de alguien más vivimos la vida de alguien más vivimos el diseño de vida de alguien más.
Mi Diseño de Vida es obviamente mío porque es obviamente yo.
Para mí, lo que me hace "obviamente yo" es ser creativo, ser curioso y nerdo y experimentar cómo vivir mejor, darle demasiado tiempo a mis idea y comunicarlas. Lo que me hace obviamente yo es siempre ayudar a otros, aportar valor a mis relaciones, construir en equipo, ilusionarme y usar el optimismo como una herramienta de vida y divertirme teniendo experiencias con otras personas.
Siempre creí que estaba siendo yo, pero resulta que estaba siendo un profesional que creía que tenía que ser y "yo" cuando quedaba tiempo. Resulta que estaba ayudando a otros pero me sentía mal cuando no recibía la misma energía de vuelta y pensaba en no ayudar más. Resulta que a veces pensaba en no hablar de mis ideas y nerdadas para no ser "cansón". Resulta que tenía relaciones personales porque creía que tenía que tenerlas y no porque hacían mi vida mejor. Ese no soy yo.
Y está bien. Ser obviamente yo no significa que tengo que ser yo al 100% siempre desde ya.
Ser obviamente yo es tener claro quién soy y hacer lo necesariamente para irme convirtiendo en esa persona.
"Our job in this lifetime is not to shape ourselves into some ideal we imagine we ought to be, but to find out who we already are and become it." — Steven Pressfield
No es fácil admitir que quiero ser obviamente yo porque sé que hay momentos y espacios en los que no estoy siendo 100% yo y que es difícil serlo. Por presión, por miedo o por no saber cómo, tengo que hacer las paces en que es un proceso para, eventualmente, nunca dejar de ser yo.
Por ejemplo, yo siempre traté de tener éxito profesional en algo que no me hace yo al 100% con la creencia de que eso me iba a dar la libertad de ser 100% yo en mi tiempo libre.
Pero, ¿quiero ser yo sólo 20% del tiempo? No.
Quiero ser un profesional de la manera en que solo yo soy profesional. Y eso significa que tengo que admitir que no soy a ser un profesional como otras personas ven a un profesional exitoso.
No es fácil admitirlo, pero fue épico cuando lo hice porque me dio la libertad de hacerlo.
Quiero ser papá de la manera en que solo yo puedo ser papá. Quiero ser el novio, amigo, pareja de ping pong y mentor que sólo yo puedo ser.
Admitir que quiero esto es lo único que me va a hacer mejorar. Si no lo admito nunca voy a ser épico en las cosas que creo que tengo que ser, siempre me voy a esforzar a menos del 100% y me va a generar resentimiento conmigo mismo y la vida.
Admitir lo que me hace "obviamente yo" me permite entrarle con todo mi esfuerzo y mis recursos — y eso me va a hacer mejorar.
Admitir lo que me hace "obviamente yo" también da miedo. Es tomar decisiones de mi vida basado en lo que 1 persona (yo) cree que va a ser épico y dejar ir lo que miles de personas creen que es épico — ¿será que en serio yo sé mejor lo que es épico para mí? Sí. Pero igual da miedo.
Lo que he aprendido es que la mejor manera de ser yo es pensar en ser yo un día a la vez.
La meta es asegurarme todos los días que estoy trabajando hacia ser "obviamente yo" en todas las facetas de mi vida — sin compromisos.
Si mi Diseño de Vida está basado en los valores de ser "obviamente yo" y cada días intento acercarme a esos valores, estoy viviendo la vida que quiero y que me hace feliz.
Haber descubierto que lo único que me va a ser feliz es ser lo que me hace "obviamente yo" me da paz porque yo ya sé quién soy. Yo ya tengo el manual.
Y tal vez, antes de admitir lo que lo hace a usted "obviamente usted" tiene que vivir siendo una parte usted y una parte alguien más. Y eso está bien.
Espero que algún día, tal vez un lunes, 15 años después de comenzar a pensar en estas cosas — o mañana—, pueda tener la revelación de que ya sabe quién es usted y que lo único que tiene que hacer es serlo "obviamente".
"My mission is to be me, at scale." — David Senra, Founders Podcast
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