Cuando tenía 29 años me imaginé mi vida proyectada 20 años en el futuro y me asusté.
Yo era Ingeniero Civil pero no quería serlo y pensé que iba a serlo por el resto de mi vida profesional. Claro, viendo mi futuro me imaginé haciendo algo que no quería hacer por 20, 30, 40 años más y entré en pánico.
Decidí cambiar el trayecto.
Ahora a mis 41 años — 12 años después — estoy increíblemente agradecido de que hice los cambios que hice. No necesariamente por dejar de ser Ingeniero, aunque sí, sino por hacer los cambios de mentalidad y de acción para vivir una vida más intencional.
Mi mayor aprendizaje en estos 12 años es que aunque tomé la decisión correcta de cambiar la vida que estaba viviendo no lo hice por la razón correcta 🤯
Cambié porque sentí que mi vida se definía por mi profesión, y como no me gustaba mi profesión, no me gustaba imaginarme lo que sería mi vida. El error es que no me di cuenta en ese momento que una vida es más que un trabajo y, aunque tenga un trabajo hoy, no debería de verlo como un solo trabajo por el resto de mi vida.
Tal vez alguien está viendo su vida a futuro y no le gusta y quiere cambiar. ¡Eso es épico! Pero no cometa el error de creer que un aspecto de su vida hoy tiene que definir su vida dentro de 20 años o 30 años.
La vida es solo su trabajo si usted lo permite ser.
La vida pueden ser miles de proyectos épicos que agregen color y valor e intención — si usted lo permite ser.
Usted escoge.
"Life is not a job. Life is projects". — Seth Godin
Un "proyecto" es algo que ejecutamos de manera intencional, que tiene un plan y que tiene instrucciones.
Si tomamos la analogía de ver la vida como un solo trabajo, estoy seguro que muchos podemos sentirnos identificados con trabajos con los que no estamos alineados, que tenemos que hacer sólo porque nos despertamos ese día y que el único plan es ir y esperar que sea hora de salida.
Cuando iba a mi trabajo de ingeniero me sentía triste de imaginarme hacer eso por el resto de mi vida.
¿Y si no sentimos así acerca de nuestras vidas también? ¿Estamos esperando que pase el día sólo para que pase y vivir el que sigue igual, sintiendo que así va a ser por siempre?
Hay algo acerca de meternos en un proyecto que nos saca de ese estado mental. En proyectos hay un objetivo específico, hay planes, hay otras personas con las que tengo que interactuar. El trabajo no se hace sólo porque sí, se hace porque estamos esperando un resultado específico.
La descripción suena muchísimo más dinámica, ¿verdad?
Así mismo es nuestra vida. Podemos verla como algo que tenemos que hacer porque estamos vivos y pasar cada día esperando que se acabe y resolver lo necesario para poder seguir viviendo.
O podemos verla como proyectos planificados, que involucran a otras personas, con dinamismo y objetivos e intención.
Cuando renuncié a ser Ingeniero comencé a vivir mi vida sumando proyectos. No les voy a mentir y decirles que fue premeditado — sólo pasó porque no sabía cómo crear una nueva vida y comencé a ver cuáles de todas las cosas me iba a salvar. Pero he entendido el valor de hacerlo así y por qué muchas personas se sienten estancados en su vida porque se sienten estancados en el único "trabajo" que tienen.
La vida como trabajo se ve como decía Stuart Scott:
"Life consists of two dates with a dash in between. Make the dash count."
Es una idea chiva: haga que lo que pasa entre que nace y se muere sea épico. Pero también lo hace ver como que la vida es una sola cosa: vivir.
Pero si vemos la vida como un montón de proyectos y que vivimos diferente en cada uno de ellos, la cita de Scott podría convertirse en un llamado a no depender de que una sola cosa sea épica, sino la suma de muchas diferentes:
"Life consists of a many lives separated by dashes. Try to make each dash count." — Juan
Ver nuestra vida como proyectos no es sólo verla como varias vidas en serie — que igual es valioso — sino verlo como proyectos que corremos en paralelo que, para un periodo, nos dan cosas diferentes y suman.
La belleza de ver la vida como proyectos es que nos dirige a ponerle atención a todos y ser intencional en avanzarlos. Si vemos la vida como un solo trabajo es fácil dejar ir otras cosas que nos podrían dar el valor que queremos.
Lo que Seth Godin dice no es que el propósito de nuestra vida es tener muchos proyectos. Lo que nos está diciendo es que no podemos conseguir todo lo que queremos de nuestra vida si lo vemos como un solo bloque monolítico que llamamos "vida".
Es a través de definir proyectos intencionales lo que nos avanza nuestros hacia valores de vida.
No podemos podemos estar satisfechos con nuestra vida familiar, nuestra salud, nuestro éxito profesional y crecimiento personal si vemos todo eso como "la vida que sucede desde que me despierto hasta que me duermo".
¿A qué le dedico atención y cuándo? ¿Cuántos recursos le dedico? ¿Cómo sé si van bien o mal?
Viéndolo como proyectos separados que están contenidos en sí mismo podemos dedicarles la atención que requieren para poder extraer el valor que queremos.
Claro, en algunos momentos unos proyectos van a tener precedencia o requerir más recursos que otros, pero le dedicamos atención a todos — aunque sea que le dediquemos atención para planificarlo para el futuro.
Para una persona, el proyecto "trabajo" puede estar diseñado para generar impacto en el mundo. Debería de dedicar sus recursos y atención a que ese proyecto le genere ese tipo de valor.
Para otra persona, ese mismo proyecto que se llama "trabajo" es una manera de lograr éxito profesional y le dedica sus recursos a conseguir ser el mejor profesional en su área. Para otra persona, "trabajo" puede ser únicamente una herramienta para generar los recursos para vivir su vida.
¡El proyecto "trabajo" no tiene por qué cargar toda la responsabilidad de satisfacernos completamente en nuestra vida!
La única responsabilidad de nuestro proyecto "trabajo" es extraer el valor que queremos en ese área. Y así mismo para el proyecto que llamemos "salud", "familia", "impacto", "riqueza", etc.
La satisfacción total de nuestras vidas es la suma del valor que extraemos de cada proyecto que tenemos.
Si uno no va bien, tenemos otros que nos generan satisfacción.
Si de un proyecto no extraemos felicidad pero extraemos otro valor, está bien porque tenemos otros proyectos que nos extraen felicidad.
Si tenemos que decidir acabar un proyecto, no importa porque sabemos que un proyecto no es todo, es sólo una herramienta para extraer lo que realmente queremos, y esa herramienta puede cambiar.
A mis 29 años yo me sentía atrapado por ser Ingeniero Civil.
No era tanto que sintiera que tuviera que ser Ingeniero toda mi vida, sino que sentía que toda la satisfacción de mi vida la tenía que recibir de ser Ingeniero.
Mi vida era binaria: o vivía una vida épica siendo ingeniero o no.
Y yo no me veía en una vida épica siendo ingeniero.
Estaba atrapado y tuve que tomar decisiones más drásticas de las que hubiera tomado sabiendo lo que sé hoy.
Tener una vida de proyectos es tener libertad.
Si una parte de nuestras vidas es importante pero no nos satisface completamente no tenemos que cambiar toda nuestra vida, podemos escoger un proyecto que nos genere más valor para esa área.
No tenemos que sentirnos atrapados por nuestro trabajo, por ejemplo, porque nuestro trabajo es un proyecto y un proyecto, por definición, es finito. Se puede acabar y se puede cambiar. Hasta se pueden cambiar los objetivos y metas de ese proyecto cuando no nos satisfagan.
Aplica lo mismo para todas las áreas de nuestra vida.
Una sólo cosa no debería de generarnos una vida épica, sino la suma. Si una cosa deja de sumar, podemos cambiarla porque son "proyectos" de vida — no "obligaciones" de vida.
Si vivir una vida épica es entender el valor que queremos extraer de ella entonces no podemos esperar escoger llevar el proyecto que sea y rezar que todo salga bien.
Aún así muchos lo hacemos: a los 17 años escogemos una carrera y esperamos que todo salga bien.
Tomamos tantas decisiones por inercia, o porque es lo que todos hacen — y esperamos que todo salga bien.
Esas cosas, por más "proyectos" que sean, no nos general el valor que queremos si no entendemos primero cuál es valor que realmente queremos.
"There are 2 ways to know you're smart: the first one is if you get what you want out of life. The second is if you choose what you want correctly." — Naval Ravikant
Podemos ser buenísimo extrayendo valor de los proyectos que tenemos, pero si ese valor no es el que nos satisface, ¿qué ganamos?
"Subir la escalera no vale de nada si la escalera está apoyada en la pared equivocada." — Shaan Puri
El primer paso, entonces, es diseñar el valor que queremos de nuestra vida. ¿Qué es lo más importante? ¿Cómo me siento más feliz? ¿Cuáles cosas no son negociables? ¿Cómo pensamos acerca de la riqueza? ¿Queremos que nuestra trabajo nos satisfaga el alma o sólo nos genere recursos? ¿Queremos bienes materiales? ¿Crecimiento personal y profesional? ¿Nuestra salud?
Definir los valores que nos permiten vivir una vida épica es necesario para despues diseñar "proyectos" que podemos ejecutar de manera intencional, que tienen un plan y que tienen instrucciones para extraer es valor de esa vida épica.
Si comenzamos a ver nuestra vida como proyectos, podemos entender no solo a qué dedicarle nuestros recursos, sino tener paz en cambiar donde ponemos esos recursos cuando necesitemos hacer algún cambio.
No le pongamos presión a "una sola vida" de satisfacernos completamente. No es justo. Y no va a funcionar. Pongamos nuestra atención a entender las diferentes áreas que nos generan valor y diseñemos proyectos que maximicen ese valor, teniendo la paz, confianza y libertad de cambiarlos cuando no cumplan su objetivo.
"The secret is not to find the meaning of life, but to use your life to make things that are meaningful." — James Clear
Cero spam. Sólo mis mejores ideas y de vez en cuando anuncio de productos épicos diseñados para ayudarles a diseñar sus vidas y/o mejorar sus habilidades de negocios.
Gracias por leer. Realmente hace una diferencia. Mi meta es ayudar a 5,000 personas a tomar acción en su diseño de vida y sus proyectos profesionales. El año pasado logré apoyar a 1,890 personas a través del newsletter, 300 personas a través de recursos gratis y 217 personas a través de mis talleres, cursos y productos digitales.
