Todo en la vida es analizar el riesgo que involucra comprometernos a la decisión que estamos tomando. Tomar una decisión implica dedicarle nuestro tiempo, dinero, sentimientos y estrés a algo que no sabemos si va a salir bien o mal. Esa es la naturaleza de la vida, nunca podemos saber con 100% de certeza qué va a pasar. Nunca.
Entender que siempre vamos a correr riesgo no es útil, lo más útil sería crear un modelo mental para tomar decisiones entendiendo que siempre hay riesgo. ¿Qué tal este?
La belleza del modelo es poder ver que si somos aversos al riesgo podemos decidir tomar decisiones que son más poker y menos que sean ruleta. La mayoría de nosotros creemos que el riesgo es mucho menos controlado de lo que creemos, cuando en realidad la mayoría de decisiones de vida tienen más control: nuestras relaciones, cambiar de carrera profesional, etc.
El punto aquí no es tomar decisiones sobre las que tenemos más control, es poder entender cuáles (o cuántos) factores controlamos para producir un resultado favorable. De acuerdo a eso podemos tomar decisiones entiendo el riesgo real pero, lo más importante, podemos tomar la responsabilidad de practicar las habilidades que nos dan ese control y asegurarnos de actuar sobre ellas.
También es nuestra responsabilidad entender que aunque hagamos todo perfectamente bien siempre hay algo de riesgo.
No existe decisión sin riesgo, pero sí podemos entender el tipo de riesgo asociado a las decisiones que queremos tomar. Existe el riesgo que se alinea con nuestro diseño de vida y sobre el que tenemos más control para buscar le mejor resultado. Da miedo, sí, pero es necesario.
Cero spam. Sólo mis mejores ideas y de vez en cuando anuncio de productos épicos diseñados para ayudarles a diseñar sus vidas y/o mejorar sus habilidades de negocios.