Ya no existen los “expertos”.
Muchas personas dejan de hacer lo que quieren hacer porque sienten que no son lo suficientemente “expertos” y sólo los “expertos” tienen derecho a expresar sus ideas, proponer proyectos y ayudar a otros.
Estamos acostumbrados a seguir sólo a unas personas que parecen ser - o se autodenominan - “expertos”.
Le damos demasiada importancia a la idea de “experto” y en realidad ya no existe.
Antes tal vez sí existía el concepto de “experto” como una persona que sabe todo lo que hay por saber de un tema. Antes la información antes estaba encerrada - literalmente. La información existía en libros encerrados en monasterios o castillos a los que sólo ciertas personas podían acceder. Entonces la información y el conocimiento existía en lugares muy, pero muy limitados: en los lugares cerrados a los que sólo cierta gente podía acceder y en las personas que podían acceder a esos lugares y estudiar los libros.
Antes, además, la información y conocimiento cambiaban muy lento. No había tantos descubrimientos ni personas pensando en las mismas cosas para que la información cambiara o se expandiera. La información y conocimiento nuevos se generaban en décadas o siglos.
Por eso es que, antes, podía existir la figura del experto: una persona que sabía todo lo que había por saber de un tema.
Hoy la información es libre (cualquiera puede accesarla) y (todavía más importante) lo que sabemos cambia tan pero tan rápido que nadie puede decir que sabe toda la información que existe sobre un tema.
Todos estamos constantemente aprendiendo y lo estamos haciendo con la misma posibilidad de acceso a los mismos recursos.
Claro, tampoco esto es un intento de invalidar el conocimiento extenso que tienen algunas personas en diferentes temas. Hay gente que le ha dedicado más tiempo a pensar y estudiar un tema que otras personas y tiene ideas mejor fundamentadas.
Mi punto es que el concepto de “experto” lo seguimos aprendiendo y absorbiendo como algo binario: uno tiene todo el conocimiento de un tema o no lo tiene, cuando en realidad lo deberíamos de ver como un espectro: tenemos diferentes grados de conocimiento de un tema.
Si logramos ver nuestro “expertise” cómo un punto en un espectro y si, además, podemos darnos cuenta que podemos aumentar nuestro expertise podríamos desarrollar más confianza en lo que sabemos, entendiendo que siempre podemos ayudar a los que saben menos que nosotros sin tener que saberlo todo.
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